El candidato a dirigente del Partido Acción Nacional, Marko Cortés Mendoza, presumió su añeja militancia en ese partido como deslinde del exaspirante a la presidencia, Ricardo Anaya Cortés, a quien se le atribuye la peor crisis electoral de ese partido político por haberse empeñado en ser candidato y por abrir las puertas a una alianza con el perredismo.

Recordó cuando a los once años comenzó su actividad política con el emblemático Maquío Clouthier, el excandidato presidencial de un lejano 1988, el año de la primera crisis electoral que tuvo el país, con protagonistas como el priista Carlos Salinas de Gortari y del Frente Democrático Nacional, Cuauhtémoc Cárdenas.

Tantas cosas han sucedido en 30 años, que ahora ese niño de temprana edad tiene 41 y aspira a la dirigencia de un partido que se cae a pedazos. Los Clouthier están fuera del PAN, Tatiana es diputada federal y un Cárdenas será asesor del presidente electo que llegó cobijado por los partidos de Juntos Haremos Historia, sepulturero del panismo del propio Marko Cortés y de Ricardo Anaya.

Y sin embargo nada hace prever que este michoacano vaya a sufrir un descalabro en la elección interna de este domingo 11, frente al único adversario, el mexiquense Manuel Gómez Morín, apoyado por el expresidente Felipe Calderón.

El muy probable presidente del CEN del PAN llegó puntual al Hotel Presidente, el sitio del encuentro para la entrevista pactada con el programa Destrozando de la Noticia (#DLN) que conducimos Enrique Núñez y el autor de esta columna. Iba rodeado de su staff de campaña.

Muchas caras conocidas, pero ni un sólo miembro del grupo del exgobernador Rafael Moreno Valle. Humberto Aguilar El Tigre Coronado, coordinador de la campaña en el país; Rafael Micalco Méndez, el coordinador estatal. Estuvo también Eduardo Rivera, exedil de la capital y el exdiputado federal Juan Pablo Piña, quien en 2010 brindó en ese mismo lugar con un Ron Zacapa Centenario por el triunfo de quien ahora está distanciado: Moreno Valle. 

A la distancia, en un privado del Restaurante Alfredo Di Roma, una Genoveva Huerta, impugnada presidenta del Comité Estatal del PAN esperaba turno. Un vistazo a la agenda de este cuarentón de conversación desparpajada, decía “5 minutos”.

No más, no menos porque si la política partidista se mide en votos, también el tiempo en agenda ubica en su justa dimensión afectos y prioridades. Huerta esperó como también lo tuvo que hacer el exgobernador de Puebla, pues a las seis de la tarde estaba en agenda el encuentro con la militancia que queda de ese partido.

Por cierto que en el traslado de la locación en donde se efectuó la entrevista y el restaurante italiano, casi Cortés topa con Karina Pérez Popoca y una cauda de seguidores de la nueva mayoría política en la escena tras la elección del 1 de julio.

Una más de las realidades a las que este aspirante a la dirección nacional panista deberá enfrentarse después del domingo 11, cuando resulte ganador de la contienda interna.