El sábado al medio día un grupo de unos 50 operadores al servicio de Luis Miguel Barbosa y del diputado federal, Fernando Manzanilla Prieto escucharon decir que el ansiado fallo para determinar la ratificación o nulidad de la elección de gobernador en Puebla, será el 30 de noviembre; es decir, viernes de la próxima semana.

El excandidato a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia anticipó que repetirá como abanderado a contrapelo de quienes han previsto que su actuación en una segunda vuelta es improbable. Algo debe saber, o la amenaza de división asoma, pues el viernes también habló de insidia en casa, no exactamente de los adversarios políticos.

La convocatoria en el Hotel Camino Real de la Atlixcáyotl, fue hecha por el expriista Francisco Ramos Montaño, convertido en alfil del exsecretario General de Gobierno en el sexenio de Rafael Moreno Valle, coordinador de la bancada del Partido Encuentro Social, partido del que dijeron en esa encerrona, terminará por conservar el registro.   

Barbosa Huerta y Manzanilla Prieto trabaron una dupla política para este tramo de la historia que deriva de la crisis postelectoral que estalló cuando aún no cerraban las casillas en la tensa elección del súper domingo de julio. Tan sólida parece que ha surgido una corriente de opinión que ve en el diputado federal por el distrito 12 como el gobernador interino, en caso de que haya anulación.

La empatía entre uno y otro está fuera de toda duda, dijeron testimonios de quienes participaron de ese encuentro. Las imágenes de la extensa mesa a las que tuvo acceso el autor de Parabólica así lo sugieren.

Las reuniones de los últimos días que preside Luis Miguel Barbosa tienen un propósito ulterior. En la agenda ya estaba prevista la jornada del martes siguiente, ante los tribunales federales, una vez terminado el puente largo con motivo del Aniversario de la Revolución Mexicana.       

Pasaron exactamente ocho días desde que la gobernadora electa, Martha Erika Alonso Hidalgo participó en la audiencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el 12 de noviembre para que lo hiciera Barbosa Huerta, el martes 20.

Una de las etapas centrales del juicio de impugnación que interpusieron los adversarios de la coalición Por Puebla al Frente se llevó a cabo con las audiencias ofrecidas a los principales protagonistas de este episodio de la política electoral en el país. 

El trabajo de los magistrados de la sala superior entró en la recta final para conocer el veredicto que decida el futuro del estado de Puebla, tras los juicios que interpusieron el Movimiento de Regeneración Nacional y su excandidato a gobernador.

Dibujar un escenario resulta tan incierto como aventurado. La seguridad por el triunfo obtenido el 1 de julio pasado es el clima que invade a los seguidores de la panista, lo que sucede exactamente con quienes han acompañado al ex coordinador de los senadores del PRD.

La moneda está en el aire, pero los grupos políticos que rodean a una y a otro, va en sintonía con un triunfo por adelantado. La temporada de codazos y patadas debajo de la mesa para obtener mejores posiciones o cargos futuros, ya comenzó.