Es un hecho, a partir del primero de diciembre quedan suspendidos los exámenes de control y confianza en todo el país, luego de que quienes se encargan de practicarlo, no están del todo acreditados y existe duda sí estos exámenes son del todo honestos.

Y es que Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, al dar a conocer su Estrategia de Seguridad Nacional, puso en duda los famosos exámenes de confianza que se practicaron a todas las policías del país y que provocaron la salida de por vida a elementos que lo reportaron.

Puebla es un ejemplo de la mala práctica de estos exámenes.

Rafael Moreno Valle puso en la calle a miles de policías que “reprobaron” el examen de confianza y que curiosamente fueron quienes le estorbaban en sus planes económicos.

Y le explicó.

La gran mayoría de los elementos de la Policía del Estado que reprobaron el examen, curiosamente eran los que tenían más de 20 años de trabajar y era más fácil reprobarlos y correrlos, que pagarles una liquidación e indemnización por los años en cumplimiento del deber.

Otros despidos “por reprobar el examen de confianza”, fueron a elementos que ya eran considerados un lastre para las corporaciones de Policía, por su edad, condición física o porque simplemente les “caían gordos”.

Y es que la intención del exgobernador era dar de alta a nuevos policías sin tener que exponer dinero que no era suyo, aunque no falta quienes piensan que se guardó para su vejez estas liquidaciones.

Así las cosas, quienes fueron despedidos por reprobar el “examen de confianza” podrían recurrir al hecho de que quienes se los aplicaron no tenían la capacidad para hacerlos y solicitar que nuevamente sean incorporados.

De hecho, y en este espacio se dijo, en estos exámenes había irregularidades y problemas incluso con el famoso detector de mentiras.

En específico en Puebla deberían de ser analizados como fueron practicados y si en verdad todos los policías despedidos los reprobaron o sólo fueron despedidos a capricho utilizando ese pretexto.

Nos vemos cuando nos veamos