Los tiempos fatales llegaron a Puebla y este miércoles sabremos el resultado de la impugnación de la elección de gobernador en Puebla.

Hoy lunes, se realiza la reunión previa de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para discutir el proyecto de resolución entre los siete magistrados que la conforman.

La incertidumbre entre morenistas y morenovallistas es total y las versiones de una división de criterios entre ellos genera una tensión política nunca antes vista en Puebla.

En los pasillos del Tribunal Electoral existe un hermetismo como si estuviésemos en la antesala de un cónclave en el Vaticano.

Seguramente hoy por la tarde saldrán infinidad de versiones una vez concluida esta reunión previa, sobre todo porque las filtraciones en el TEPJF se han convertido en el pan de cada día, al grado de que conocimos las supuestas conversaciones de un chat que involucra directamente a los magistrados electorales.

En otros tiempos, la secrecía era una de las características más representativas de estos tribunales colegiados; sin embargo, es factible que al terminar la reunión previa, podamos saber el sentido de la votación final del próximo miércoles.

Así las cosas, este miércoles saldrá humo blanco y por fin sabremos si habrá gobernadora  o se inicia un cabildeo urgente para determinar quién será el gobernador interino.

Por lo pronto, el final de esta tragicomedia está por llegar, con todas las consecuencias que esto implica.

Hay que recordar que ambos bandos dijeron confiar en los organismos electorales, por lo que sea cual sea, no se valen los dramas ni los berrinches.

Sobre todo porque quienes más perdemos somos todos los poblanos, que necesitamos darle vuelta a la página electoral y que quien nos gobierne esté respaldado por todos los sectores sociales. Insisto, gane quien gane.

Una vez resuelto el conflicto, entraremos al análisis de las acciones de gobierno y cada error, cada tropiezo, cada exceso, cada imposición habrá que denunciarla como la base de nuestra función informativa.

Y en esta lógica entran también los legisladores locales, quienes deberán mostrar que están a la altura de un estado que necesita de políticos profesionales y no de trogloditas.

Y conste que este último término aplica sin distingo partidista.

Porque hasta ahora, de todos, no se hace uno.