Tal y como lo anticipé en mi entrega de ayer, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal realizó ayer su sesión previa, sin que lograran un acuerdo visible para definir la elección de Puebla.

Tras una larga reunión, los magistrados acordaron una nueva reunión para este medio día, en donde continuará el análisis del juicio, del que derivará la resolución final.

Ante este cerrado escenario, no sería extraño que la prevista sesión plenaria del miércoles, se postergue uno o dos días más.

Por lo pronto, la moneda sigue en el aire.

Sesión sin show

Si bien es cierto que es legal que las sesiones del Pleno del Poder Legislativo deben ser públicas y que no se puede coartar la libertad de los ciudadanos para que asistan a las mismas, la realidad es que al llenar las galerías con acarreados o simpatizantes de grupos contrarios, en poco o nada abonaban a la discusión.

Mucho menos abonaban los gritos y las ofensas entre los legisladores, como ocurrió durante dos meses consecutivos, convirtiendo la sede legislativa en una filial de la Arena Puebla.

Por fortuna, la cordura apareció y ayer, por primera vez, los legisladores no se lanzaron ofensas entre sí, se dio espacio a la crítica y al debate, vislumbrando que la sensatez puede ser el camino a una política de mayor nivel.

Algo sucedió tras bambalinas porque aunque juran no haber dialogado, es evidente que todos decidieron bajarle dos rayitas.

Sin embargo, el plan para liberar las galerías de manifestantes no fue precisamente el más pulcro, ya que no hubo coordinación al emitir la notificación de Protección Civil para que no se ocuparan estos espacios presuntamente por ser inseguros.

El haberse adelantado a enviar la notificación al Congreso para liberar el espacio de manifestantes, le costó el puesto a Rubén Darío Herrera Cabrera, ya que esto aún no lo habían platicado los coordinadores de los partidos y algunos se sintieron ignorados, por lo tanto tuvieron que lavarse las manos y culparlo de actuar de manera unilateral, situación que no se las cree ni un crío de brazos.

Al final imperó la calma, aunque conociendo la esquizofrenia de varios de los actuales diputados, sabemos que esto solo será por unos días.

Héctor Alonso, un iluso soñador

Algunos diputados de Morena parecen no entender que en caso de anularse la elección de gobernador, y de que se requiera de un gobernador interino, la decisión no depende de ellos, ni de Barbosa y tampoco de Yeidckol Polevsnky.

El diputado Héctor Alonso dijo ayer en una entrevista que ya hay un acuerdo en Morena para que el interino salga de entre JJ Espinosa, Gabriel Biestro y él.

¿Qué parte de que se requieren dos terceras partes de los diputados no ha comprendido?

En la hipótesis de una anulación, a Morena con sus aliados no le alcanza para nombrar interino, por lo que para obtener los cinco votos necesarios, el nombre deberá salir de entre un perfil ajeno a los partidos políticos.

Es más, será una definición de la cúpula política nacional, en la que no entran ninguno de los legisladores poblanos.

Pero la ternura que da escuchar a Alonso suspirar por ser gobernador de seis meses, francamente me conmueve.

El PT y su triste papel 

Mientras MORENA y Encuentro Social, están esperando el resolutivo del tribunal esperando que se anule la elección y echar toda la carne al asador, su aliado el Partido del Trabajo juega un triste papel ya que sus principales dirigentes Zeferino Martínez Rodríguez, y Mariano Hernández Reyes desaparecieron del escenario político, ya que ellos están esperando la ratificación de Martha Erika.

Los dos personajes fueron de los beneficiados por el morenovallismo a través de los Centros de Desarrollo Infantil que no rinden cuentas a la SEP, y lo que menos les interesa es quedar mal con su verdadero jefe político.

A ninguno se le vio en la campaña de Barbosa, y si acudieron a alguno, lo que menos querían era que los vieran.