El día de ayer, en la rueda de prensa ofrecida por MEA en el Hotel Hilton Alameda de la CDMX, vimos cómo la candidata echó su resto, sabiendo que esta es su última llamada para salvar el resultado de la elección.

Se lanzó fuerte contra el magistrado José Luis Vargas y amagó con ir a tribunales internacionales en caso de que se anule la elección y se revierta su triunfo.

Evidentemente, la percepción de que la elección será anulada es mayoritaria y sabiendo que la decisión de la Sala Superior es última e inapelable, decidieron ir con todo, en una acción de “ahora o nunca”.

¿Les dará resultados?

Veremos y diremos.

Las esclavas de la salud

Si algo distinguió la comparecencia de la secretaria de Salud, Areli Sánchez Negrete no fueron las cifras que entregó sino el trato inhumano hacia las enfermeras que llevó para que le aplaudieran cada frase que decía, a las cuales tuvo desde las 11 de la mañana hasta las 8 de la noche, fuera de su área de trabajo.

Aunque usted no lo crea, el grupo de enfermeras llegó desde las 11 de la mañana, a un pasillo muy cerca de la sala de comisiones, en donde permanecieron en posición de firmes, sin que su jefa les enviara al menos una botella de agua, o una torta. Sin duda, fue inhumano el trato que la titular de la Secretaría de Salud le dio a sus enfermeras, quienes únicamente recibieron el desprecio de doña Areli.

Sin duda, este tipo de eventos reflejan la verdadera personalidad de un funcionario, y en el caso de Areli se ve que dentro de sus cualidades  —si es que existen—, no está el sentido de tratar humanamente al personal a su cargo; y en consecuencia esto seguramente se ve reflejado en el trato a los pacientes.

 Algunos se preguntaban por qué aplaudían las enfermeras, sin duda alguna no era por apoyar a la funcionaria, sino para intentar conservar su trabajo. Sus rostros lo decían todo.

Ahora habría que preguntar, ¿cuántas personas no fueron atendidas el día de hoy, porque las enfermeras fueron enviadas al Congreso para vitorear a la secretaria?

La respuesta indigna.

La costosa herencia morenovallista

Fueron cinco horas las que duró la comparecencia del titular de Finanzas, Enrique Robledo Rubió donde respondió las preguntas de 35 diputados que fueron reiterativos en sus cuestionamientos referente a la deuda pública.

Observando los señalamientos y las dudas de los diputados, es evidente que todo se remonta a los tiempos de Moreno Valle; principalmente, los Proyectos para la Prestación de Servicios, los Fideicomisos y los despedidos del gobierno estatal.

Sin afán de defender al funcionario, hay que ser honestos en algo, el funcionario únicamente pagó los platos rotos que dejaron el ex gobernador Rafael Moreno Valle y el ex secretario de finanzas, Roberto Moya Clemente, durante el pasado sexenio.

Para nadie en Puebla es un secreto que la información sobre las PPSs de Audi, MIB y el CIS, fueron clasificadas y archivadas bajo llave, para evitar que pudiéramos conocer el tamaño del cochinero.

Hay que recordar que el contrato del fideicomiso con la empresa Evercore, se encuentra estará bajo llave hasta el año 2023, lo mismo que sucederá con las plataformas para la empresa automotriz.

 Robledo Rubio sólo podrá entregar la información que le dejaron a la mano, ya que los verdaderos negocios del morenovallismo se encuentran encriptados y bajo muchos candados.

 El gobierno de Tony Gali también ha tenido que enfrentar el tema de los despedidos del gobierno anterior y hoy tiene que pagar los laudos perdidos, ya que los trabajadores siguen ganando infinidad de juicios.

 Es el costo legal, político y financiero de la negra administración morenovallista.

 Ni más, ni menos.