Durante su presentación en la Facultad de Derecho y Ciencias sociales de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), el sacerdote Alejandro Solalinde aseguró que para los migrantes del sur del país y del área centroamericana del continente, la ruta de Puebla se mantiene como un territorio todavía delicado para las personas que buscan llegar a los Estados Unidos, “aunque ya no es tan peligrosa como antes, porque la verdad ha servido de mucho la red de convenios con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que han hecho un esfuerzo por cuidar la vida de los migrantes, la gente es más receptiva, hay mayor defensa de los derechos de los migrantes”.

Desde la perspectiva del activista religioso del país, en el futuro inmediato viene un mayor control porque el proyecto está incluido en el Plan Mérida, pero también encuentra un mayor problema para México, por eso advirtió que si el país no hace una conferencia con los gobiernos de origen y los Estados Unidos se va a generar un problema muy serio, “porque sin estar al 100 por ciento el muro de los Estados Unidos ya están entrando solamente 30 por ciento de los migrantes, el restante 70 por ciento no entra y muchos se quedan en México, pero cuando el muro esté al 100 por ciento ya no pasarán tantos, tal vez 15 por ciento pasará y el resto se quedará en el país, México debe de empezar a pensar qué hacer con ellos”.

En entrevista posterior a su ponencia, el sacerdote católico reveló que en la actualidad la zona más peligrosa para los migrantes es Veracruz y todo el Golfo de México, pero también una parte de la frontera norte, “pero no la región del occidente y tampoco el centro del país”, por eso apuntó que todos los migrantes, entran con miedo en esa dinámica: “Todos sentimos miedo, pero se supera, las madres no se dan el lujo de sentir miedo, cuando están en peligro sus hijos el miedo se tiene que superar, no se hace nada con miedo hoy en día”.

Reprueba a Ardelio Vargas 
Al asegurar que el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Ardelio Vargas Fosado, “sigue siendo un policía, que se supone que iba a poner orden y permanecen los signos de corrupción, pero eso no debe extrañar porque los integrantes del Estado mexicano en general fueron reprobados en la Organización de las Naciones Unidas; el INM piensa que respetar los derechos humanos es que a los deportados no los insultan, no los golpean, les dan comida y un buen camión, eso piensan que es, cuando está el derecho a emigrar”, por eso aseguró que México obstruye ese derecho en las deportaciones masivas; Migración está impidiendo el pleno ejercicio de los derechos humanos de los migrantes porque no arregla el engendro de reglamento que no corresponde al espíritu de los legisladores del 2011, no podemos decir que haya cambiado nada, seguimos en lo mismo, queremos que la sociedad civil sea contralora del INM”.

Los derechos de los migrantes, dijo Alejandro Solalinde, son violentados por las autoridades migratorias, por los policías y por los servidores públicos, por eso aclaró que no hay coordinación en el país y lo peor es que el gobierno no logra tener un poco de piedad para los migrantes: “No los protege, algo que es una obligación, no es optativo”.

Al asegurar que al día de hoy continúan las amenazas en contra de los migrantes en los albergues, el sacerdote defensor de los derechos de migrantes en el país reveló que todavía prevalecen las amenazas del narcotráfico en contra de las personas en el tren: “A los migrantes los tienen controlados, a muchos los llevan para tráfico de órganos”, pero además el traslado es un fuerte negocio porque les piden 100 dólares por tramo para avanzar en territorio mexicano, así que en total son cerca de mil 500 dólares lo que pagan por persona, además del paso de la frontera: “Si no pagan los tiran del tren y los maquinistas están involucrados, pero no todos, aunque hay mucha complicidad”.