En el operativo del 9 de julio policías estatales dispararon proyectiles antibarricadas que dispersan gases. Entre las evidencias del armamento ocupado por la policía estatal el pasado 9 de julio destaca el proyectil de gas CN de 37/38 mm, proyectil antibarricadas. Dicho proyectil sirve para ser disparado únicamente en contra de barricadas y de vehículos.

No se trata de un proyectil para ser disparado de manera directa en contra de las personas pues, de dispararse en contra de personas, puede causar heridas severas o la muerte, señala la información técnica del fabricante Defense Technology.

El proyectil sólo puede ocuparse como parte de un conjunto de tácticas y sólo puede ser utilizado por personal de seguridad debidamente entrenado.

Si el armamento es ocupado sin cumplir las normas del fabricante, los proyectiles de gases pueden ser letales y hasta causar la muerte.

La estructura del armamento cuenta con una capa de goma o de espuma que se desprende cuando el proyectil impacta en contra de la barricada, desprendiendo el gas CN.

Sin embargo, en la manifestación del 9 de julio, no existieron barricadas colocadas por los habitantes de San Bernardino Chalchihuapan, como atestiguan declaraciones, testimonios, videos y fotografías.

Pero la confusión provocada en el operativo policiaco obligó a ocupar de manera desordenada y sin seguir las recomendaciones, tanto de manuales tácticos como de información técnica de los fabricantes, el armamento antidisturbios.

Es decir, la policía estatal ocupó de manera “defensiva” y no táctica el armamento.

La efectividad del armamento de gases depende de condiciones climatológicas. En espacios abiertos y con el aire en contra el uso de gases lacrimógenos disminuye su capacidad de control de disturbios.

Dichos proyectiles están diseñados para liberar CS o CN en recintos con barricadas o vehículos. Tal es la fuerza del proyectil que puede penetrar parabrisas de un coche a 100 pies, 3.4 pulgadas de madera contrachapada de 75 pies, un cuarto de pulgada de placa de vidrio a 200 pies, una puerta de núcleo hueco a 175 pies y una puerta a 200 pies.

El proyectil aloja 25 centímetros cúbicos de agente químico en forma de aerosol, y esta cantidad de agente químico puede desactivar a sujetos en una caja cúbica de 4 mil 500 metros, señala Defense Technology.

Pero la potencia de sus agentes químicos de dispersión disminuye si es activado en espacios abiertos o con árboles.

Los proyectiles producen distintos efectos sobre el objetivo: sensación de ardor en los ojos, tos, lagrimeo, dificultad para respirar, opresión en el pecho, cierre involuntario de los ojos, sensación de ardor en la piel expuesta. Puede causar náuseas y vómitos si el individuo está expuesto a una gran concentración o si el agente se ingiere. Reduce el nivel de esfuerzo físico que el individuo puede sostener.

Actualmente la CNDH realiza una investigación sobre violaciones graves a los derechos humanos durante el operativo policiaco de San Bernardino Chalchihuapan. La comisión realiza sus propios peritajes. La comisión ha prometido que un lapso de cuatro semanas tendrá su propio informe preliminar. 

A la fecha el gobierno de Puebla no ha admitido el uso de proyectiles, bala de goma u otro armamento que haya infringido heridas a los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan. El gobierno de Puebla únicamente ha admitido el uso de gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes.   
 
Los lanzadores o disparadores de proyectiles
El periódico Acento 21 señaló que desde el 2008, en el sexenio pasado, la seguridad pública del Estado adquirió 26 lanzadores simples —de los que usan balas de goma— y 26 multilanzadores de gas lacrimógeno.

De acuerdo con Acento 21, “Facundo Rosas y Rafael Moreno Valle manipularon un oficio de la Secretaria de la Defensa Nacional en donde certifica que la policía poblana compro en el 2008, un total de 52 rifles que están en condiciones de lanzar balas de goma. El documento emitido por la 25 Zona Militar con sede en Puebla, fechado el pasado 18 de julio, dirigido a Facundo Rosas Rosas, secretario de Seguridad Pública del estado, se informa que desde 2011 no se han encontrado antecedentes de que la Sedena haya vendido a la SSP de Puebla balas de goma. De esto, se agarró el gobierno poblano; sin embargo, en el documento también se aclara que, en 2008, la dependencia estatal adquirió armamento de cargo, con 26 lanzadores simples —de los que usan balas de goma— y 26 multilanzadores de gas lacrimógeno. Lo anterior no significa que una bala de goma haya provocado la muerte del menor José Luis Tehuatlie Tamayo. Lo que sí es que Moreno Valle y Rosas Rosas no pueden colgarle a la Sedena el aval para desligarse de la responsabilidad sobre la adquisición de equipo para el restablecimiento del orden público, a pesar de que se haya comprado en tiempos del góber precioso.

”El comunicado de la zona militar también indica en su parte final que se pedirá a la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos la información que requiere la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla”.

Policías dispararon de manera directa
Diversos videos y fotografías muestran que policías dispararon las armas (lanzaderas de gases) de manera horizontal. Las recomendaciones de los fabricantes es que las armas sean disparadas de manera parabólica o indirecta.
 
Policías denunciaron uso de armas caducas
En el operativo antidisturbios del 9 de julio se ocuparon municiones caducas, por instrucciones de los mandos policiacos, a pesar de las advertencias de los propios elementos de seguridad.

El uso de estas municiones —gases— que no estallaron provocó heridas en los pobladores.

El comportamiento de este material utilizado como material de dispersión se transformó en proyectiles contundentes que hirieron a los pobladores.

En el operativo las instrucciones que recibieron los policías estatales fue actuar de manera enérgica en contra de los manifestantes.

Esta es la explicación que proporcionaron elementos policiacos que participaron en el desalojo del pasado 9 de julio en San Bernardino Chalchihuapan, de acuerdo con un documento que entregaron a la redacción de Intolerancia Diario (23 de julio).
 
Sin preparación 
Intolerancia Diario entrevistó a un elemento de la PEP especializado en atención a casos de crisis como secuestros, enfrentamientos armados o con multitudes, quien estuvo presente el pasado 9 de julio en el kilometro 16 de la autopista Atlixco-Puebla y quien dijo que la mayoría de los elementos de la PEP que acudieron a disolver el plantón —ellos le llaman evento— no tenían preparación como “granaderos” y por lo mismo no manipularon las granadas y proyectiles con gas lacrimógeno como deben utilizarse (29 de julio).
 
Tome nota 
El proyectil antibarricadas de gas CN de 37/38 mm.
El armamento ocupado es letal si incumple sus reglas de manejo. Las dos condiciones en que el armamento es letal son:
a) Que no se dispare de manera directa a las personas pues puede causar heridas muy severas o hasta la muerte.
b) Que el armamento no se ocupe si ha sido guardado en condiciones deficientes.