Las alianzas entre los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN), - según especialistas y viejos protagonistas- ha demostrado la pérdida de ideales, ahora solo se busca el ganar por ganar o el poder por el poder.
 
Apenas hace algunos años, esta alianza era impensable, sobre todo por los hechos históricos entre ambas corrientes, la izquierda y la derecha, las que combatían uno contra el otro, siempre defendiendo su ideología.
 
Pareciera que con la muerte de muchos protagonistas y la vejez de los que quedan, se van perdiendo los ideales, los que al parecer no fraguaron en las nuevas generaciones que ahora pretenden gobernar.
 
Los años 60 y 70 fueron los más álgidos entre ambos grupos, no solo en Puebla, sino en todo el país y el mundo. Tiempos difíciles se vivieron donde las batallas campales eran lo cotidiano en las calles poblanas.
 
Aquella fue una época en que la ideología se defendía a toda costa con vehemencia, por lo que obviamente se cayó en la violencia desatada por las dos corrientes, en ese entonces irreconciliable.
 
En ese entonces no se hablaba de perredistas o panistas, los máximos representantes de la izquierda y derecha eran los del Frente Universitario Anticomunista (FUA) conservadores de derecha y los Carolinos, supuestos comunistas, liberales o gente de izquierda.
 
Los primeros, los Fuas, estaban representados por gente en su mayoría estudiantes de clase alta, “niños pipiris nice” quienes acudían a escuelas particulares donde la doctrina era totalmente católica.
 
Sus ideales eran basados en la moral y cristianismo, para hacer del mundo algo mejor, de forma conservadora, ante los ataques “del diablo”, representado o encarnado para ellos en el comunismo.
 
Los Carolinos, eran en su gran mayoría estudiantes de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), jóvenes de las clases media y baja de la ciudad, quienes estaban hipnotizados por la fuerza del  comunismo que se vivía en esos años en el mundo.
 
Años en el que Fidel Castro y el Che Guevara eran idolatrados, como ahora se idolatra  a Shakira o Ricky Martin. La revolución estaba en la mente de la UAP y el enemigo no era otro que el imperialismo y religión, representados por la derecha.
 
De ambos grupos, con el paso de los años, derivaron decenas de integrantes del PRD y del PAN, quienes en un afán de obtener votos, han dejado a un lado la memoria histórica, sino ahora al parecer sufren de una enfermedad llamada “amnesia mental”, producida por un virus llamado “poder”.
 
El agua y el aceite
 
El conflicto, según datos históricos, se inicia en 1957, cuando se crea el Frente Universitario Anticomunista, los que muchos llaman “predecesores del Yunque“, movimiento de la ultraderecha para ir ocupando espacios de poder.
 
El primer objetivo de esta grupo ultraderecha era la UAP, la institución educativa más grande de Puebla, la que contaba en ese entonces con alrededor de 10 mil alumnos.
 
El ya afamado Yunque, por aquellos años era una organización supuestamente secreta, la que estaba en los rincones de los obscurito en Puebla.
 
En 1957 la ahora UAP aún no lograba su autonomía, el rector era nombrado por el gobernador en turno.
 
En un movimiento en busca de la  autonomía la universidad fue dirigida por  algunos liberales, a quienes se les consideraba comunistas. Sin embargo los FUA  eran hábiles para infiltrarse, por lo que llegan a  tomar el control y les comen el mandado a los que hicieron autónomo.
 
Así fue como la UAP queda controlada por un  consejo de honor, no uno universitario, este fue controlado en un 90 por ciento por gente de  ultraderecha y como dos  personas liberales.
 
Esta situación genera mucho malestar entre el estudiantado, quienes basaban sus ideales en la revolución cubana, guerra fría y el arribo de Fidel Castro.
 
En 1961, estalla finalmente la olla de presión, la cual deriva con el apedreo al Colegio Benavente, de parte de los Carolinos, en el mes de abril de ese año.
 
En aquellos días, Estados Unidos hizo el intento de invasión de Cuba en Bahía de Cochinos, hasta entonces la juventud estaba bastante despolitizada como en nuestros años.
 
Sin embargo un pequeño grupo de alrededor 60 estudiantes, hizo un mitin de protesta por el intento de invasión norteamericana frente al palacio del ayuntamiento, pero lugar también llegaron cientos alumnos del Oriente y Benavente, quienes iban a protestar por el comunismo cubano.
El estar dos grupos al mismo tiempo, derivó en una agresión, la que obviamente por número, ganaron los FUA.
 
Inmediatamente los liberales califican la golpiza como una agresión  de colegios  particulares dirigidos por sacerdotes contra la UAP, por lo que al día siguiente ya no eran 60 los manifestantes, sino varios cientos quienes hicieron  otro mitin para protestar la golpiza.
 
En ese entonces para hacer una manifestación de acuerdo al reglamento municipal se tenía que pedir permiso al ayuntamiento y se pagaba una cuota.
 
La venganza
 
En la manifestación de los ya llamados Carolinos O liberales por la primera supuesta agresión FUA. Hubo varios oradores como Romero Vargas, Melitón Morales, ahora notario de Tepeaca y Enrique Cabrera.
 
Así sonaron por primera vez los gritos de guerra “¡ocho, ocho, ocho, queremos sangre de mocho!, ¡ua, ua, ua, chinguen a su madre los FUA!
 
Los manifestantes iniciaron una marcha hacia la universidad, eran varias centenas de Carolinos, quienes estaban enfurecidos porque los habían golpeado, inclusive a un joven lo dejaron con epilepsia.
 
Salieron del Carolino como mil estudiantes, quienes con los gritos señalados caminaron hasta la 4 Sur y  23 Poniente, luego dan vuelta y llegan al jardín Víctor Hugo, fue en ese momento que llegaron soldados del Ejército en varios camiones viejos de la segunda guerra mundial y  dos jeeps.
 
Los muchachos se defienden a gritos y Enrique Cabrera se acerca al general a cargo a quien  le dice parece mentira que un  militar el Ejército mexicano liberal, ahora viniera  a defender una escuela clerical que viola el artículo tercero, en este caso el Colegio Benavente.
 
En un alarde de sabiduría, inteligencia o lo que sea, el ejercito se baja de los camiones, y el general dice, “está bien, si quieren los pueden apedrear, pero 5 minutos, ni un segundo más“.
 
Al frente del contingente iba Rafael Cañedo Benítez e integrantes de la familia Sánchez de Ovando.
 
Así fue como apedrearon al Benavente, pero ya engolosinados los jóvenes se fueron al Colegio Oriente ubicado junto al Paseo Bravo, en la 9 oriente y la 13 Sur, pero ahí  llegaron y ya soldados en la bocacalle. Esta escuela era militarizada
El  militar al frente, Felipe  Flores Narro, era el instructor militar, les dice “no van a pasar, es escuela militarizada y no pueden pasar“, los Carolinos envalentonados intentaron pasar, pero al  grito de los militares de “presenten armas”, prefirieron poner pies en polvorosa.
 
Guerra de ideales
 
En aquellos tiempos  los cines proyectaban películas “eróticas” de Lilia Prado o la sex simbol mundial Gina Lollobrigida, donde hubiera desnudos o enseñaran un seno, los Fuas, sentados en los asientos traseros aventaban bombas de olor,
Así decían que salvaban la moral de los poblanos, como en nuestros días los panistas defienden las leyes prohibitivas del aborto, o matrimonios gay.
 
Junto a Sanborns de la 2 Oriente, en los 60 existía una casa de la familia Sánchez Ovando, donde instalaron un museo de cera destinado a presentar enfermedades sexuales de transmisión sexual.
 
Hasta este lugar llegaron los Fuas  y lo destruyeron, a pesar de que la  familia  era tradicional y conservadora.
 
Este era el ambiente que se vivía en Puebla, en este clima, inició oficialmente la guerra estudiantil, el que para muchos inició exactamente el 26 de abril de 1961.
 
Tanto para los Fuas, como para los Carolino, el defender sus ideales, tan distintos uno de otros, era por lo que se debería de luchar. Por lo mismo no importaba incluso arriesgar la vida.
 
Luego del primer enfrentamiento “oficial” entre ambas corrientes, a los tres días el rector Armando Guerra -aunque suene a sarcasmo  ese era su nombre- ordena cerrar la universidad.
 
Sin embargo los Carolinos no se iban a quedar con los brazos cruzados, así que por medio de engaños el 3 mayo de 1961, llegaron al edificio Carolino, donde tocaron la puerta al encargado del lugar, don Chanito, que era el prefecto, cuidaba la puerta.
 
Don Chanito pecó de inocente al abrir la puerta  creyendo que era un estudiante que habían corrido de su casa, sin embargo, detrás de este joven, de nombre Ramón Beltrán López, estaban por lo menos 10 Carolinos.
 
Así fue como tomaron el edificio Carolino por primera vez, donde sellaron las puertas y empezaron un movimiento en donde se van sucediendo caídas de un  rector tras otro.
 
Hasta que finalmente en 1962 llega a la rectoría Julio Glockner, quien se crea una ley orgánica en la universidad sumamente de izquierda, lo que enerva aún más a los Fuas.
 
Esto deriva en constantes choques en las calles del centro de Puebla. Por ejemplo tras  uno de estos enfrentamientos, los de la UAP vienen de regreso a su edificio por la 3 poniente, pero al pasar frente al edificio de El Sol de Puebla, salió un tipo chaparro Y pelón de apellido Guzmán.
 
El sujeto saca una pistola y dispara contra los estudiantes por la espalda, hubo varios heridos, inclusive uno llega a perder un riñón. Ante el ataque se regresan los estudiantes, lo pescan en la esquina del portal de la 2 sur y 3 poniente.
 
Ahí le meten una tremenda golpiza, le quitan la pistola con la que le dan de cachazos. Ya bañado en sangre un estudiante toma el arma y le apunta en la cabeza, por lo que todos los estudiantes le gritan ¡mátalo!, el joven obedece y aprieta el gatillo, pero para suerte de Guzmán, se encasquilla y salva la vida.
 
Posteriormente llegó el ejército y se lo llevó, nunca le pasó nada, ni siquiera estuvo detenido o procesado. Los estudiantes luego de que se lo llevaron entraron a El Sol  de Puebla, donde destruyen las oficinas del anuncio económico.
 
De ahí se llevan el dinero, pero no para robarlo, para ellos era dinero FUA y queman los billetes a media calle, todo por la tendencia que llevaba el periódico, para ellos de derecha.
 
Así de 1961 a 1964, cada semana había batalles campales, los universitarios dormían en la azotea del edificio carolino, donde sus armas eran piedras, las que recolectaban por toda la ciudad.
 
Ante el panorama, desde 1962 los Fuas abren su propia universidad, ubicada en ese entonces en la en la 9 sur y 3 poniente, la que sería como la abuela de la UPAEP que era como la autónoma en el exilio.