Ante los crecientes asaltos a transeúntes y casas habitación, vecinos de Plazas Amalucan, retomaron el control de la seguridad y de la vialidad en la calle Plazuela del Alto.
    
Y es que acusaron que los robos a casa habitación, con armas de fuego y punzocortantes, son una constante en la colonia, pero además, los asaltantes amenazan con quitar los dedos de las manos a los menores de edad, si las familias no entregan las pertenencias de valor.
    
En días pasados, reveló Eduardo Galindo, un comando armado sometió a una familia, a las 2 de la tarde, “es una situación terrible, de terror, pero además no somos gente de dinero, somos una colonia de clase media”.
    
El problema tocó fondo cuando la autoridad poblana de la capital, decidió quitar la reja que protegía la calle, dijeron, por eso, los vecinos se manifestaron y reclamaron que si no les brindan seguridad, que les permitan hacerlo a su manera y reinstalar la reja.
    
El representante de la calle Plazuela del Alto, Álvaro Llerandi González, dijo que de manera permanente, reciben asaltos a transeúntes y a las casas de los vecinos, “tuvimos recientemente un asalto a una casa, que incluso le querían cortar los dedos a una niña, ya está puesta la demanda, tenemos todas las demandas”.

A otra vecina, reveló, le acaban de abrir su casa y la vaciaron totalmente, “hemos tenido infinidad de asaltos y el vigilante de una agencia de seguridad privada solamente aparece cuando viene por la cooperación y no lo volvemos a ver”.

Lo que buscan los vecinos de Plazas Amalucan, dijo el representante de los vecinos de la colonia, es protegerse entre ellos, porque no tienen vigilancia permanente, por eso externaron su malestar y piden colaboración para que las autoridades atiendan su caso.
    
Además, revelaron que están angustiados, porque el fin de semana pasado, las autoridades retiraron la reja que cubría la calle y afirmaron que en diez minutos tiraron la única protección que tienen y que les costó 15 mil pesos.
    
Los hechos más frecuentes, reiteró Álvaro Llerandi González, son los asaltos a los jóvenes y menores de edad, además que a los adultos les arrebatan las cadenas de oro y otras pertenencias visibles, pero también hay permanentes robos de celulares y de autopartes.

Por eso, dijo que resulta increíble ver todo lo que les ha sucedido porque quieren proteger a su familia, pero no pueden hacerlo de manera adecuada si no les permiten la reinstalación de la reja, que es el “gran escudo” de seguridad que tienen.

En la manifestación de este lunes, pidieron que las autoridad poblanas conozcan sus carencias, porque ya han metido escritos, e incluso llega la policía pero no tienen apoyo.

En la rueda de prensa vecinal se informó que van a exigirle al ayuntamiento de Puebla que deje la reja, “es para proteger a los vecinos de la calle, porque al retirarla nos quitan espacios de seguridad”.

Delincuencia es el problema mayor

Guadalupe Romero Moranchel, reveló que con el retiro de la reja, resultan afectadas unas 500 personas, entre adultos y menores de edad, pero además, son víctimas de constante abuso de la directora de la escuela, quien tapa la calle de acuerdo a su interés e incluso presiona a las madres de familia para que confronten a los vecinos.

El problema mayor que tienen, dijo en entrevista, es la delincuencia, pero también la profesora del preescolar, “porque se cree la dueña de la calle y puede hacer lo que quiera, pero el problema es que no vive aquí, nada más viene, abre su escuelita y se va”.

Reveló que hace unos días, dos hombres volaron las chapas de su puerta, se metieron a su casa y la vaciaron, “está puesta la denuncia, pero parece que nadie hace nada por nosotros”, denunció y enlistó que también se robaron, en otra ocasión, la camioneta de su vecino. 

Menores se escapan del preescolar

Junto con el refuerzo inmediato de la seguridad, los vecinos piden que la SEP acuda a vigilar al preescolar de la calle, porque la directora tiene una cantidad de irregularidades, no tiene salida de emergencias y es una escuela de tres pisos.

Además no tiene visibles los permisos y cada vez que saca a los niños para hacer deporte, los pone en riesgo porque se le escapan.