Con un gran concierto en la explanada del Complejo Cultural Universitario cerró la sexta edición de Love Ride, donde además de presentarse Miguel Mateos, Bobby Pulido, Buffalo y Merenglass, lo más importante para este evento altruista fue lograr superar la meta del año pasado con la cantidad de 379 mil pesos para la fundación Una Nueva Esperanza, que apoya con tratamientos para niños y jóvenes con cáncer.

Como ya es tradición desde hace seis años, este evento logra una buena convocatoria para divertirse ayudando, en esta edición estuvieron presentes más de 10 mil personas, entre estos 500 bickers de diferentes estados de la república, así como algunos de otros países, que año con año llegan con sus motos para abrir el desfile y para estar en el concierto apoyando tan noble causa.

Y es que este año no fue la excepción, a pesar del gran calor que albergaba la capital poblana, nada impidió que el público en general disfrutara de la rodada que a su paso saludaba a la gente. Por lo que los poblanos aprovechaban el desfile para tomar fotos de la caravana en general, y también de las hermosas chicas presentes, la mayoría con atuendos de cuero y otras más con prendas diminutas, por esto del calor y las altas temperaturas. Cabe decir que el banderazo del desfile fue en el zócalo y posteriormente los bickers rodaron por las principales calles y avenidas de la Angelópolis hasta llegar al Complejo Cultural Universitario.

El concierto

Con un espectáculo de cinco horas continuas de música, los anunciados en el cartel de Love Ride, sexta edición, ofrecieron lo mejor de sus éxitos en vivo, tanto para complacer al público como para apoyar la noble causa.

Buffalo ofreció su repertorio en vivo para empezar a calentar motores tanto con su música como con la interacción con el público, pero los gritos no se hicieron esperar cuando Bobby Pulido, uno de los máximos exponente de la música regional, subió al escenario, acompañado de su fiel sombrero, y cantó algunos éxitos como “Vanidosa”, coreada por las fans presentes, que le gritaban “aquí estoy, guapo”.

Pero la temperatura subió con los ritmos candentes de Merenglass y sus canciones “El venado” y “La mujer del pelotero”, poniendo así a bailar incluso a los bickers.

El plato fuerte sin duda era Miguel Mateos, el veterano rockero tenía así su segunda participación en Love Ride Puebla, donde aprovechó para demostrar su poder musical con canciones como “Atado a un sentimiento”, “Llámame si me necesitas”, “Perdiendo el control”, “Obsesión”, “Es tan fácil romper un corazón” y “Cuando seas grande”, mezcla perfecta de rock con toque de balada y una descarga fuerte de sentimientos que fueron correspondidas por los fanáticos poblanos que coreaban, gritaban y aplaudían al argentino, quien fue accesible con todos incluyendo con la prensa reunida, a quien brindó algunos minutos de conferencia en donde destacó que para él todas las canciones son importantes y que no puede haber consentidas, ya que cada una representa un momento artístico y de su vida.

“Estoy feliz de estar una vez más en Puebla, la primera vez que vine fue hace 30 años y está cambiada, pero ahora tengo que resaltar que para mí es un gusto estar una vez más en este proyecto ayudando, aunque sea con mi música, a estos niños”. 

La meta

Si bien es cierto que Arturo Ruiz Rodríguez, director Love Ride México y Latinoamérica, esperaba como mínimo que se recaudará la cantidad de 380 mil pesos, la meta de esta edición de todos modos se superó, ya que el año pasado se recaudaron 378 mil pesos y este año se logró recaudar 379 mil pesos.

“Seguiremos trabajando cada año con este proyecto tan bonito, cuya finalidad en general es ayudar a gente que lo necesita y estamos conscientes que la fundación Una Nueva Esperanza requiere de este apoyo permanente porque es muy difícil tener recursos para esta terrible enfermedad como es el cáncer”.

Recordó que el primer evento de Love Ride se lleva a cabo en el año 1981 en California, donde la Harley Davidson se convirtió en su principal patrocinador, continuando como el principal motor en la actualidad. Posteriormente, diferentes países han adoptado el lema “Rodar para ayudar” con fines altruistas, y Puebla no es la excepción.

“Ya son seis ediciones; entre los artistas que han estado en los diferentes años apoyando se encuentran Enanitos Verdes, Moderatto, Emir Pabón con Cañaveral, Beto Cuevas, Margarita La Diosa de la Cumbia, Israel Jaitovich, Kalimba, entre otros. Así como también elenco poblano, teloneros, invitados especiales y conductores”. 

Destacó que no es fácil realizar un evento así. “No tendríamos dinero para pagarles a los artistas su talento, ellos donan su participación, pero es lógico que hay que cubrir ciertos gastos, como el traslado, hospedaje etcétera”.

Por su parte, Francisco Álvarez, presidente de la fundación Una Nueva Esperanza, dijo estar contento y agradecido de lo recaudado, ya que actualmente se atiende en la fundación a más de 200 niños y jóvenes, además se apoya también a sus familiares.

Y es de desde que nació el proyecto en Puebla, la casa ha beneficiado a casi mil menores, la mayoría de lugares alejados del estado, como la Sierra, ya que tiene siete programas de desarrollo: albergue, banco de medicamentos, atención nutricional, quimioterapias ambulantes, escuela y apoyo en general. La casa, fundada en 1999, es una de las más reconocidas por su causa.

Destacó Álvarez Arango que este donativo será destinado este año a la operación del primer Laboratorio de Biología Molecular y también a los estudios de células y tumores. Del costo del tratamiento de cada pequeño, dijo: “Es difícil dar una cifra exacta, ya que cada paciente es distinto y requiere tratamiento específico, y lo que nosotros hacemos es dárselo, porque el objetivo principal es que recobren la salud, aunque no siempre se puede”.

Esfuerzo extra
Cada año, ya en el concierto, se acostumbra hacer algo extra para recaudar más fondos. En años pasados, se ha efectuado el boteo y también se ha rifado una guitarra de Alex Lora. Además, las personalidades invitadas se suman donando algo para una subasta, y así fue este año, pues José Gracmor donó un casco pintado a mano con un gran diseño llamativo y original.