Al presentar el informe 2015 del Observatorio de Salarios, el académico de la Universidad Iberoamericana Miguel Reyes Hernández aseguró que en la actualidad los empleos ofrecen salarios que sólo generan nuevos pobres. 


“La pobreza se nutre porque los empleos son poco remunerados, porque se busca solamente que la gente tenga empleo, aunque con salarios malos”.


Y es que reveló que muchas veces escuchamos decir a los políticos que lo importante es que tenga empleo, pero un empleo de dos centavos, de tres centavos o como el de La Bartola, de dos pesos y que alcance para todos. “Aquí lo importante es que haya empleos y sean empleos bien remunerados, y eso no existe ni en México ni en Puebla”.
Al igual que en el resto del país, el trabajador poblano está en condiciones malas, en condiciones de vida que cada vez van empeorando, cada vez van más a la baja.
“Con salarios promedios que cada vez alcanzan menos para comprar cosas”, y en donde como reflejo de eso, hay cada vez mayor número de pobres.

Puebla, 4 años sin cambios en política salarial


Reyes Hernández aseguró que en los últimos cuatro años, a nivel estatal, no ha habido un cambio en la política salarial ni en la política industrial.
El problema, agregó, es que seguimos en la inercia de los tratados de libre comercio, que bajaron los precios de las mercancías de manufacturas en una primera instancia y que después el beneficio se esfumó.
Lo anterior tuvo una agravante con el cierre de muchas medianas y pequeñas empresas, la falta de créditos para las pequeñas y medianas empresas y la alta carga fiscal que tienen contra las grandes y que eso genera una presión muy fuerte, muy significativa, para que las pequeñas y medianas empresas no crezcan ni sus ingresos. “Si no hay salarios, de dónde van a comprar”.
Lo que sucede con la economía poblana, reveló Reyes Hernández, es un círculo vicioso, pero además lamentó que en Puebla no hay una política industrial y se sigue la inercia del nivel nacional.
Y es que si bien no se puede imponer una política salarial en el estado, si se podría generar una política industrial que revirtiera esa situación y que ofrecieran trabajos mejor calificados, mejor pagados, “que fuéramos ejemplos a nivel nacional, lo que tampoco ocurre”.

Bajos salarios, sin prestaciones y largos horarios


El informe 2015 del Salario Mínimo revela que, aunado a los bajos salarios, en Puebla las condiciones de los trabajadores son pésimas, sin prestaciones, con amplios horarios y bajo la amenaza constante del despido. “Cada vez peores, más precarias”.
El economista dijo que si antes había gente que se contrataba bajo la seguridad social, ahora cada vez es menos el porcentaje que se contrata en ese esquema, lo que a la larga generará muchos ancianos sin pensiones ni jubilaciones.
La población trabajadora sin seguridad social en 1984 era del 30 por ciento también, y para 2012 es del 40 por ciento, es decir, hemos engrosado las filas de los trabajadores sin seguridad social, sin derecho a una pensión, sin derecho a un ingreso futuro que les garantice después de los 65 años vivir en buenas condiciones.
Por lo tanto, el economista afirmó que todas esas personas no podrán vivir con algún ingreso, pero además dijo que estarán sin derecho a la salud, sin derecho a una vida digna, porque además las formas de contratación no obligan a los patrones a contratarlos de manera permanentes.
Con eso, reveló, tenemos contratos temporales, por honorarios y que generan una incertidumbre permanente en el trabajador y una aceptación tácita de ese salario, aunque sea bajo, porque no hay otro trabajo que ofrecer y porque el tipo de contratación se ha generalizado en todos los trabajos.

Trabajadores, sin mejorar calidad de vida


El informe presentado en la casa de estudios universitarios jesuita confirma que mientras los trabajadores presentan mayores carencias, los empresarios mejoran su nivel de vida.
“Hicimos un estudio de bienestar socioeconómico y en ese índice mejoran sustantivamente los empresarios y los trabajadores permanecen estancados permanentemente”.
Lo anterior, reveló, es una expresión de la sociedad de hoy, de la sociedad de la desigualdad permanente, que profundiza la desigualdad a favor de unos cuantos y en contra de la mayoría.
Pero además, demuestra que la política social es completamente ineficiente porque a 25 años de establecer una política de focalización, esa pobreza no solamente ha permanecido, sino que ha aumentado.