Intolerancia Diario cumple 14 años. Testigo del discurrir de la clase política, ha mostrado en sus páginas las inercias autoritarias de los grupos locales y la enmarañada escenografía donde los grupos políticos se disputan el poder.
Su inicial periodismo corrosivo, curtido por una pléyade de reporteros, columnistas, foto-reporteros, editores y diseñadores mostró la fragilidad de los usos y costumbres de la clase política local.
En los primeros años de la alternancia democrática, su ejercicio del periodismo atestiguó las disputas intestinas de los grupos de poder, su entronización y también su caída.
Y en los últimos años, los desencuentros sociales entre el gobierno —en su afán “modernizador” y sus proyectos futuristas— y diversos sectores sociales que dejaron de sentirse representados por el gobierno de la alternancia y ahora se miran perseguidos.

La época de la “pinche señal” y el “hoyo financiero”

El ejercicio periodístico de Intolerancia inició en mayo del 2001, en los años finales del gobierno priista de Melquíades Morales Flores, representante del viejo priismo que promovió el desarrollo estabilizador.
Los avatares de la sucesión gubernamental en el PRI melquiadista se relataron en las páginas de Intolerancia Diario.
Los intereses de los grupos priistas para obtener “la pinche señal” del gobernador Melquíades Morales Flores dieron material de sobra para la polémica en Intolerancia.
En mayo del 2002, al cumplirse el primer año del diario, en la portada se fijaba la línea editorial. “De entrada, quisimos hacer un periódico mejor equipado de pasiones que de razones, un espacio donde circularan bofetadas e ideas. No nos ha ido mal. Al contrario, nuestro diario es hoy el paso obligado de la polémica, las confrontaciones y hasta los sainetes”.
Las bofetadas y las ideas llegaron a la disputa por la candidatura del PRI a la gubernatura entre los grupos del entonces senador Germán Sierra, del exalcalde Mario Marín y de Rafael Moreno Valle, en medio del hoyo financiero del 2003.
Mientras en el panismo, los yunquistas se disputaban el partido con el alcalde panista Luis Paredes Moctezuma, polémica que culminó con la expulsión de Paredes del PRI y de su grupo.
Como efecto de lo anterior, la candidatura al gobierno del estado en el 2004 recayó en el “pastor” de los panistas, Francisco Fraile García, quien apegado al librito del foxismo quiso revivir la epopeya foxista del año 2000 en su versión poblana.
El periódico Intolerancia dio cuenta de la campaña electoral por la gubernatura y del posterior ascenso del grupo marinista al poder.
En enero del 2005, luego de derrotar al panista Francisco Fraile, Mario Marín Torres tomó protesta a un gabinete que desplazaba a los políticos de la generación melquiadista.
El reemplazo, conocido como “gobierno de nueva generación”, fue el último intento del priismo populista y clientelar en su disputa contra el priismo populista, clientelar y promotor deliberado del neoliberalismo.
 
De la “apoteosis” por el poder al 14 de febrero

Intolerancia reflejó los deseos del marinismo en su llegada al poder, pero el escándalo del 14 de febrero del 2007 truncó la “apoteosis marinista” en la disputa intestina por una sucesión adelantada.   
Los panistas hallaron en el expriista Rafael Moreno Valle, un refugio para sus aspiraciones de poder.
Frente a la derrota de los grupos panistas encabezados por Antonio Sánchez Díaz de Rivera, quien perdió en el 2007, la alcaldía de Puebla frente a la priista Blanca Alcalá Ruiz, a pesar de la ventaja de más de 20 puntos con los que inició la elección, los yunquistas se refugiaron en el expriista Moreno Valle, quien en el 2006 había ganado la senaduría con los colores del PAN.
Intolerancia Diario relató el auge de Moreno Valle entre los grupos tradicionalistas del PAN, quienes no objetaron el pasado priista del entonces senador de la república.
Con el anhelo de obtener la gubernatura, el pragmatismo ideológico del panismo old fashioned quedó retratado en las páginas de Intolerancia.

De la alternancia al fin del bono democrático

El lunes 5 de julio del 2010, Intolerancia Diario relató el triunfo de la coalición Compromiso por Puebla.
En la primera plana de la edición de ese lunes 5 de julio, Intolerancia llevó en su primera plana la cabeza “Arrasa la Coalición”.
La fotografía de la portada exhibe a un Eduardo Rivera Pérez, alcalde electo de la ciudad de Puebla, alzándole la mano a un sonriente Rafael Moreno Valle.
Con el 80% de las casillas computadas por el PREP, Moreno Valle había superado los 900 mil votos y llevaba 12 puntos de ventaja sobre el candidato del PRI, Javier López Zavala.
En la nueva etapa política, Intolerancia Diario relató el devenir de los acontecimientos del nuevo gobierno y su relación primero esperanzada y paulatinamente distante con la sociedad.
El espíritu democrático de la alternancia viró hacia una relación distante con diversos sectores.
El 29 de noviembre del 2012, durante un foro sobre libertad de expresión en el ITESM, campus Puebla, el director de Intolerancia Diario, Enrique Núñez Quirós, describió las condiciones del quehacer periodístico local: boicots comerciales por parte de la administración estatal y dificultad para acceder a la información pública, aún a través de las instituciones de transparencia estatales. En este recuento ante alumnos y colegas comunicadores, el autor de la columna “Contracara” señaló que a pesar del cerco, Intolerancia ha dado a conocer casos como el de los helicópteros Agusta del gobierno estatal.
El periodista expuso que frente al boicot comercial en contra de Intolerancia Diario, “la persecución no ha cambiado la línea editorial de Intolerancia”.
En los últimos dos años Intolerancia Diario ha retratado lo mismo el desmoronamiento del PRI que el control de los organismos autónomos por parte de la administración estatal.
Si en el pasado las disputas en el PRI fueron la materia prima del diario, el cambio de poder trasladó la competencia y la coyuntura a las luchas primero soterradas entre panistas tradicionalistas y panistas gobierniestas a las páginas del diario.
Pero también Intolerancia ha narrado, más allá de los vericuetos de la clase política —lectores obligados del diario y ahora de las narrativas digitales tanto en redes sociales como en su sitio web—, los desencuentros sociales: el crecimiento del descontento social y de las movilizaciones de distintos sectores que ya no se sienten representados sino hasta perseguidos por la actual administración estatal.

Así comenzamos

En lunes 7 de mayo del 2001, en los puestos de periódicos de la ciudad de Puebla apareció un periódico formato tabloide, 32 páginas y portada a colores, con un nombre que al mismo tiempo que designaba una aspiración —la intolerancia como forma de comportamiento crítico ante el poder— también denotaba relación entre un diario y sus lectores.
El directorio del medio impreso en su primer número fue el siguiente: presidente y director general, Rodrigo López Sainz de Juambelz; director operativo, Enrique Núñez Quiroz; director editorial, Mario Alberto Mejía; jefe de información, Erika Rivero; editor, Adolfo Flores Fragoso; coordinador de diseño, Antonio Serrano Armendáriz; coordinador de fotografía, Rafael Durán; corrección, Hernán Reyes Ibarra; editor de negocios, Mauricio García de León; editor de política, Ricardo Morales; editor de deportes José Antonio Machado; editor de gobierno, Adolfo Flores Fragoso; editor de ciudad, Alejandro Camacho; editor de policía, Alfonso Ponce de León; editora de educación, Maricela Hernández; editor de cultura y espectaculos, Moisés Ramos Rodríguez; editora de sociales, Bárbara Lora.
Además, había una plantilla de 12 reporteros especiales enfocados, más que a la urgencia del “noteo”, a contar historias: Carlos Limón, Miguel Ángel Alfaro, Víctor Arellano, Mario Martell, Carlos Osorio, Janet González, Zeus Munive, Rodolfo García Cruz, María Auxilio Spezzia, Ismael Jiménez, Julio Ríos y Alejandro Corvera. Los columnistas, Francisco Xavier Zaragoza y Enrique Muñoz Cuauhtémoc Velasco.
En el grupo de fotógrafos del primer año se encontraban Adalberto González, Ana María Arroyo, José Luis Hernández y Juan Miranda.
Los correctores eran Hernán Reyes, Miriam García Guzmán y Jaime Mesa. Los diseñadores, Elvia Enrich y Josué Franco García.
En la parte administrativa, el director administrativo era Humberto Loyola; el director de mercadotecnia, Oscar de Juambelz, y la gerente administrativa, Andrea López Sainz Velasco.