La arquidiócesis de Puebla rechazó el pronunciamiento del obispo de Xalapa, quien calificó a las madres solteras como una plaga, e indicó que hay que reconocer a quienes realizan la doble tarea de educar y guiar; asimismo, mantuvo su posición en contra de matrimonio entre personas del mismo sexo al indicar que aprobarlos sería un retroceso.

Luego de que la semana pasada el obispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, cuestionara a las madres solteras, manejando términos como epidemia o plaga, la arquidiócesis de Puebla fijó una postura diferente y, en conferencia de presa, el obispo auxiliar Felipe Pozos Lorenzini señaló que desde hace más de 30 años se creó la Casa de la Familia para atender a las mujeres poblanas.

Sostuvo que en Puebla la Iglesia católica no utiliza el término madre soltera, sino madre responsable, ya que el papel que realizan estas mujeres es de suma importancia para sacar adelante a sus familias, educar, guiar y satisfacer las necesidades de sus hijos.

Insistió que por medio de la Pastoral de la Familia se puede brindar apoyo, y ayuda a quienes se encuentran en esta situación de madre responsable y buscan algún tipo de consuelo.

“Nosotros tenemos un programa para apoyar, hay todo un proceso, psicológico, de ayuda espiritual, ayuda terapéutica, para ayudarles a estas hermanas nuestras y que las valoramos bastante por querer educar, guiar y acompañar a sus hijos”, señaló el obispo auxiliar.

Reconoció como desafortunadas las declaraciones del obispo de Xalapa, y aunque evitó ahondar en el asunto, reiteró que en el caso de Puebla existe un compromiso muy grande por brindar apoyo y atención a quien lo requiera, y en el caso de las madres solas, dijo, no hay excepción.

Asimismo, recordó que para la Iglesia ser madre es una bendición de Dios.

Matrimonios igualitarios

Al ser cuestionado sobre la discusión de los matrimonios entre personas del mismo sexo, expuso que hay un documento de la Conferencia del Episcopado Mexicano donde se expone el punto de vista de la Iglesia en México, mismo que leyó, y evitó hacer otros comentarios.

“El 3 de junio, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que: “La Ley de cualquier entidad federativa que, por un lado, considere que la finalidad del matrimonio es la procreación y/o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer, es inconstitucional”. Esta jurisprudencia, avalada sólo por 4 ministros, deberá ser acatada por todos los jueces del país.

”Los obispos, respetuosos de las instituciones y de las diversas formas de pensar y vivir, ejerciendo nuestro derecho a la libertad de expresión, reiteramos nuestra convicción, basada en razones científicas, sociales y religiosas, que la familia, célula de la sociedad, se funda en el matrimonio de un hombre con una mujer, que por su capacidad procreativa garantizan la supervivencia de la sociedad. De ahí que, por ser de eminente interés social, el derecho civil confiera a esta unión un reconocimiento institucional, que el Estado ha de promover y tutelar para el bien común.

”Esta convicción consta en la tradición jurídica bimilenaria de Occidente, recogida y profundizada a lo largo de nuestra historia por legisladores y juzgadores de diversas corrientes de pensamiento e ideologías, la cual se ve reflejada ya desde el Código Civil de 1870 emanado bajo el gobierno del presidente Benito Juárez, del Código Civil Federal de 1928 promulgado por el presidente Plutarco Elías Calles, y en la mayoría de los actuales Códigos Civiles o Familiares de los Estados de la República.

”Por eso, como ciudadanos, consideramos que la sentencia de la Suprema Corte, además de romper con esta sólida tradición jurídica y el bien social que custodia, contraviene los principios del federalismo y la razón de ser de los diversos códigos civiles, que pretenden responder a la realidad concreta de cada entidad federativa y supluralidad, lo que debe reflejarse en las acciones de los jueces”.