Los mercados como el Hidalgo, Independencia, Carranza, Morelos, entre otros, siguen vendiendo como si nada los explosivos, ante la vista de todos. Todo se intensifica entre más se acercan los festejos patrios.
Solo cuando llega la policía o autoridades de protección civil en operativos los comerciantes esconden rápidamente los cohetes, los que desaparecen como por arte de magia.
Sin embargo, estos sitios ya no son el punto central de venta como años anteriores, gracias a los operativos de parte de autoridades, sin embargo los comerciantes se dan maña y  al seguir siendo lucrativo el negocio, ya tienen distintos “proveedores” en tienditas pequeñas.
Ahora los puntos de venta son muchos y en distintos lados, sobre todo en pequeñas tienditas de unidades habitacionales y colonias populares, donde la policía no puede ingresar a realizar cateos sin alguna orden.
Los vendedores de cohetones en el mercado de la 18 poniente, se resisten a desaparecer, gracias a los pitazos que hay cuando llega algún uniformado, por lo que les da tiempo de esconder la mercancía, la que es vendida sobre todo al mayoreo.
“¡Palomas, cañones, buscapiés, luciérnagas, molotov ¿qué va a querer?” le pregunta una anciana a  un niño de escasos seis años de edad, quien compra 10 pesos acompañado de su mismo padre, quien aprueba la compra.
Por estas ventas, se puede conseguir en las tienditas gran variedad de cohetes tradicionales: buscapiés, escupidores, brujas, cerillos, cohetes blancos, pero también los más devastadores y peligrosos como las garras de tigre y los huevos de codorniz.
Una bolsa con 10 piezas de garras de tigre cuesta 40 pesos; la de huevos de codorniz con cinco piezas cuesta 30 pesos, y la de 10 huevos alcanza los 55 pesos.
Uno de los vendedores del mercado Independencia, quien pidió anonimato refiere que la actividad aunque tiende a desaparecer, jamás desaparecerá mientras haya compradores y aunque es una actividad riesgosa, cada vez menos redituable.
“Ahora habemos pocos, por lo que vendemos re bien, aunque la neta si da miedo que nos caigan, sobre todo cuando transportamos los cohetes, pero cuando llegamos al mercado, ya nos la pelan”, dijo.
“No, no tenemos miedo a utilizar los cohetes, y trasladarlos, sabemos usarlos, no nos va a pasar nada y si nos pasa, pues ya estará de Dios”, dijo con orgullo.
Dijo que los cohetes más peligrosos son copias de los productos chinos, por lo que prefieren comercializar los de fabricación en México, sobre todo de la zona de Tepeaca.
En la unidad habitacional Amalucan, La Margarita, Loma Bella, Fovissste San Roque y las nuevas unidades de la recta a Cholula y Momoxpan, la venta indiscriminada y sin supervisión es en tiendas pequeñitas.
En Amalucan la venta es a la vista de todos, sobre todo en la zona de los portales, donde se ven las famosas “palomas”, “brujitas”, “cañones”, “buscapiés”, los que son colocados por señoras de edad mayor en mesitas para su venta desde los 10 hasta los 50 pesos por pieza o montón.
En estos lugares son pocos los operativos policíacos para frenar la venta indiscriminada, sobre todo a menores de edad, quienes desde el pasado fin de semana se entretienen jugando con los cohetes.

Secuelas
Lo grave de la situación es que en promedio cada año, en todo el estado hasta 25 niños sufren accidentes que les dejan secuelas permanentes, todo por un momento de descuido e imprudencia.
Esto según datos de la Unidad Pediátrica de Quemados (UPQ) donde cada mes el área recibe alrededor de 10 o quince menores con quemaduras que no requieren tanta atención o alguna hospitalización y que se pueden manejar desde casa.
Por su parte la Coordinación de Hospitales del área de Prestaciones Medicas del IMSS en Puebla ha señalado que se incrementan las quemaduras hasta un 35 por ciento, en su mayoría de  pequeños entre 5 y 15 años de edad, con quemaduras de diversa índole.
Al menos 50 por ciento de ellos requieren de hospitalización, debido a que presentan lesiones de gravedad que abarcan del 15 hasta el 60 por ciento de la superficie corporal.
Dado el incremento de lesionados en estas fiestas, el IMSS Puebla se prepara con guardias especiales conformadas por personal médico de enfermería y apoyo, para brindar toda la  atención  requerida durante la “Noche del Grito” y  al día siguiente.