Apple se ha convertido en la mayor tecnológica del mundo y en la firma más valiosa en Bolsa tras elevar sus productos, con el iPhone a la cabeza, a la categoría de iconos de la era moderna. Millones de personas asocian a la marca de la manzana al concepto de tecnología de consumo. Sin embargo, su consejero delegado, Tim Cook, quiere más, y se ha propuesto que la compañía sea también un gigante en la empresa.

Recientemente, Cook ha desvelado que las ventas de tecnología Apple en el segmento corporativo generaron en el último ejercicio fiscal, cerrado el pasado junio, unos ingresos de 25.000 millones de dólares (23.400 millones de euros). Una cifra considerable, a pesar de que no supone aún un alto porcentaje de la facturación anual de Apple, que alcanzó 234.000 millones de dólares en su último ejercicio.

"Esto no es un hobby, es un negocio real", dijo recientemente Cook en referencia a la apuesta de Apple por el segmento corporativo. Cook hizo estas declaraciones ante decenas de empresarios durante una conferencia organizada por Box, compañía de almacenamiento en la nube. Su aparición en estas jornadas demuestra que la compañía está intensificando su apuesta por ligar el nombre de Apple a la informática empresarial. De hecho, semanas más tarde, Eddy Cue, vicepresidente de software de Internet y de servicios de Apple, también subió al estrado en unas jornadas de cloud para empresas celebradas por Dropbox.

Nueva tableta

El nuevo iPad Pro, una tableta diseñada específicamente para cubrir las necesidades empresariales, constata el interés de Apple por hacerse fuerte en la empresa.

La tableta, ya a la venta, se ha dotado de nuevos complementos, como un lápiz óptico y una funda-teclado, para impulsar la adopción del iPad como herramienta de productividad en un momento en el que caen las ventas de su tableta.

Apple no ha tenido históricamente una posición sólida en las empresas, acostumbradas a trabajar con ordenadores con sistema operativo Windows, más económicos y con una amplia variedad de software empresarial.

Sin embargo, la era de la movilidad ha difuminado las fronteras entre la informática empresarial y profesional. Los directivos de muchas empresas utilizan sus dispositivos personales Apple para su trabajo y son los mejores embajadores a la hora de ampliar la adopción de la tecnología de esta marca en sus organizaciones.

Aún así, Apple necesita de la colaboración de gigantes tecnológicos muy potentes en la empresa, como IBM o Cisco para llevar a cabo esta adopción. Por ejemplo, el acuerdo con IBM ayuda a Apple a entrar en el terreno de la gran empresa con una oferta de soluciones específicas para sacar partido a sus dispositivos móviles.

La compañía dirigida por Tim Cook necesita replicar el círculo virtuoso que ha logrado en el terreno de la tecnología de consumo: si consigue abrirse camino en el mundo de la empresa, cada vez serán más los desarrolladores interesados en crear aplicaciones de productividad para los dispositivos de la compañía, lo que a su vez hará que otros productos de Apple sean más interesantes para el entorno corporativo.

Un paso al frente

  • Titán en consumo. Apple ha centrado su estrategia históricamente en el ámbito del gran consumo. Así ha levantado su imperio.
  • Ahora, a por la empresa. Tim Cook, consejero delegado de Apple, quiere ahora un trozo de la tarta de la informática empresarial.
  • De la mano de socios. La compañía ha firmado acuerdos con IBM y Cisco para poder llegar con su tecnología a las organizaciones.