Los programas sociales en México no atacan las causas de la pobreza y de la desigualdad. Las personas que viven en situación de pobreza difícilmente pueden salir de su situación. En tanto, las personas ricas reproducen su riqueza. Aunque los programas sociales han mejorado indicadores en nuestro país no es suficiente frente a una economía global y la educación es insuficiente para acceder a mejores niveles de movilidad porque los más pobres no pueden arribar a la universidad, arroja una lectura preliminar del libro México, ¿El motor inmóvil?

En la UPAEP se presentó el libro México, ¿El motor inmóvil?, una compilación de artículos sobre el tema de la movilidad social en México. Los editores del libro son Roberto Vélez Grajales, Juan Enrique Huerta Wong y Raymundo M. Campos Vázquez, especialistas en el tema de la movilidad.

Durante la presentación del libro, uno de los presentadores, Mariano Rojas, expuso las fortalezas y las vulnerabilidades de la publicación que analiza la movilidad en México.

En primer lugar, Rojas, catedrático de la UPAEP, afirmó que el libro cuenta con una sólida investigación de campo, un método que permite la comprobación, se trata de una investigación de alto nivel fundada en datos numéricos, realizada por investigadores consolidados

Además, el libro es interdisciplinario y parte de una base de datos original del 2011.

En el libro, expuso Rojas se manejan distintos conceptos de movilidad. Una movilidad intergeneracional y una movilidad intrageneracional. También desde el género y por grupos de edad desde una visión histórica. A su vez se presenta la movilidad relativa y movilidad con respecto a generaciones pasadas.

Mariano Rojas consideró que a partir de la investigación presentada en el libro se puede reflexionar sobre los límites y los alcances de la educación para mejorar la movilidad social.

Esto no dice que la educación no sea importante sino deberíamos pensar en una educación en sí misma sea un fin social y no solamente para mejorar el ingreso, expuso uno de los presentadores.

Rojas lamentó que en el texto no existiera una suerte de capítulo que resumiera los logros de las investigaciones realizadas: “Extraño un capítulo final que me ahorre la labor de síntesis, donde se refuercen los argumentos centrales y se nos den tres o cuatro conceptos que se hayan alcanzando en el trabajo de investigación”.

Hay un tema común que es poca movilidad, consideró el investigador de la UPAEP, pareciera que el libro es un llamado a la investigación, a la medición.

Y convendría pensar más y acercar a los organismos nacionales de estadística y a medir esto de forma anual y a tener un grupo de investigadores que nos digan cómo se está transformando la situación en México.

Para el investigador una de las perspectivas que presenta el libro es ¿qué tipo de sociedad queremos?

Rojas lamentó que el siglo XX fuera un siglo dominada por la idea de crecimiento económico y consideró afortunado que el milenio que inicia parte con la idea de que ya no todo es crecimiento económico porque en los 70 y 80 ya se habló de límites sociales y de recursos limitados para el desarrollo. La movilidad y el crecimiento hacen que las cosas ya no sean cómo son.

Hay límites humanos al crecimiento. Tienen una capacidad. Todo esto hay que tomarlo en cuenta para ver que el crecimiento no es suficiente y juzgar las sociedades en otra serie de indicadores como la sustentabilidad, se habla de equidad, no de equidad para generar mayor crecimiento sino equidad en el sentido de John Rawls, explicó Rojas.

El investigador aventuró que uno de los logros del libro es empezar a juzgar a las sociedades por sus grados de movilidad. “Como objetivo social nos interesa una sociedad muy fluida o más estable o dónde cada quién sepa cuál es su posición. Decía Zygmunt Baumman que hemos llegado al mundo light en unas áreas se requiere estabilidad y en otras movilidad”.

Además, afirmó que el libro representa una visión desde la academia. Pero que los tomadores de decisiones, administradores, políticos y funcionarios están separados de la visión académica: “Hay un gran barranco entre la academia y entre la acción pública. El mundo académico necesita tiempo y reflexión. Los políticos siempre andan urgidos y necesitan moverse. El mundo político es como un portero que no puede verse en la foto parado. El político quiere actuar y hacer las cosas distinto al anterior, quiere ser protagónico”.

El investigador planteó que los resultados del libro debían ser mediados por los Think Thank, es decir, gente que domine el mundo académico pero que esté en capacidad de entender cómo funciona el oído de un político.

Otras de las preocupaciones del investigador fue la inserción en las políticas sociales de los resultados de esta investigación de la movilidad: “¿Qué vamos a hacer? Le vamos a decir el abuelo deje que su hija vaya a la universidad o vamos a llegar a sobrepasar esa libertad de agencia que tienen las personas y decirles yo sé mejor que usted lo que le conviene más a sus nietos. Los papers o artículos académicos siempre son focalizados y pasar de investigación que es compartimento estanco a acciones donde queremos impactar en el bienestar de personas que viven una vida más integral representa un reto de política pública”.

Rojas expuso que hay aspectos culturales y políticos que inhiben la movilidad social; “yo me pregunto qué papel juega el entorno en todo esto de la movilidad. México que es mi país. México es una sociedad piramidal no sólo históricamente sino también en el presente. Nosotros distinguimos entre sociedades verticales y horizontales. La línea de mando se hace sentir.

”No sólo moverse dentro de la pirámide es difícil sino que se marcan las posiciones en la pirámide.

”Es un tema cultural yo veo la educación como otra función: una función de cambiar valores hacia una sociedad más horizontal donde no importa su posición sino también otro. Gran parte de esto que llamamos cultura se reproduce en la familia, en el trato personal, en la imposición de jerarquías.

”Las diferencias socioeconómicas no se hacen visibles en las sociedades más horizontales como Dinamarca, Finlandia, Costa Rica, Holanda, Canadá, Estados Unidos o Argentina”.

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Por su parte, Roberto Vélez Grajales, uno de los editores del libro, afirmó que la igualdad no se va a dar de la nada. “Debes tener mecanismos de redistribución para que nos acerquemos a ese punto de arranque parejo”.

Uno de los fines de un libro cómo este es voltear hacia el tema de movilidad social y abordar enfoques distintos en el tema de la educación no como una variable de oferta laboral sino como un fin en sí mismo.

Vélez afirmó que aunque hay programas sociales que intentan atacar la pobreza su enfoque es muy limitado. Además, cómo se ha visto, quiénes reciben programas sociales para recibir educación básica y media superior no logran acceder a la universidad porque reciben una educación deficiente: “La educación ya no es un motor de la movilidad. El problema no es la educación, el problema es que no todos podemos acceder al ciclo educativo. Es un problema no solo en la cobertura sino en la calidad de la misma.

”La educación se vuelve un embudo de la movilidad social”, afirmó el investigador y editor del libro.

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Enrique Huerta Wong anunció que el próximo 10 de marzo en el Centro de Vinculación de la UPAEP se presentará la primera encuesta de movilidad social y bien común realizada en el estado de Puebla.

Dicha encuesta, afirmó el investigador de la UPAEP, arrojará respuestas sobre si a mayor crecimiento económico hay mayor desigualdad y mayor pobreza en Puebla. También se intenta responder qué tipo de movilidad existe en Puebla y cómo se logra esta movilidad.

Lo que queremos revisar con la encuesta, explicó Huerta Wongm es si el Estado está cumpliendo su responsabilidad permitiéndole a todas las personas y en especial a las más vulnerables socialmente desarrollarse plenamente y en qué proporción.

Por su parte, Herberto Rodríguez Regordosa felicitó a los autores del libro y anunció que como parte del trabajo con la Fundación Espinosa Rugarcía se implementó la cátedra Espinosa Yglesias en movilidad social.

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En el Museo de la UPAEP se presentó la muestra Imagina tu futuro. Julio Serrano Espinosa, integrante de la fundación Espinosa Rugarcía, afirmó que el ideal de la movilidad es la igualdad en el desarrollo de las potencialidades de las personas para que cualquier persona pueda avanzar hasta donde su capacidad y su esfuerzo se lo permita, “la cuna no debe ser ningún obstáculo para progresar”.

Sin embargo, Serrano Espinosa afirmó que la movilidad es muy difícil en nuestro país: “Hasta hace más de 10 años era imposible conocer a ciencia cierta el nivel de movilidad social en nuestro país. Esto cambió en 2006 cuando la Fundación Espinosa Rugarcía, dirigida por Amparo Espinosa Rugarcía y el CEEY, teniendo al frente a Enrique Cárdenas Sánchez, realizaron la encuesta de movilidad social, la primera que vivió esa importante variable a nivel nacional. “A partir de entonces nos hemos dedicado a generar más información al respecto, incluida una segunda encuesta a nivel nacional, así como numerosos libros y artículos”.

La frase

“Las diferencias socioeconómicas no se hacen visibles en las sociedades más horizontales como Dinamarca, Finlandia, Costa Rica, Holanda, Canadá, Estados Unidos o Argentina.”, Mariano Rojas