El apostolado por el cuidado y rescate de felinos se ha extendido a lo largo de las principales ciudades del mundo a través de Black Jaguar-White Tiger. La fundación dirigida por Eduardo Serio deriva de la conexión con la naturaleza desde su infancia, acentuada con el amor por las fieras iniciado hace un par de años, cuando tuvo contacto con un jaguar para salvarlo.

Eduardo Serio no se siente el nuevo “hermano Francisco” o el “Tarzán” moderno nacional, ni el redentor de las fieras o de cualquier cuadrúpedo en peligro en la tierra o en territorio nacional. Eduardo se ha convertido en el hermano de poco más de 230 felinos, más de 30 aves, más de 30 perros, 1 oso y otros animales para sumar casi 300 en un par de hogares.

—¿La idea te nació cundo fuiste pequeño?

—Definitivamente no, porque el primer animalito que toqué fue el primero que rescaté, el primero que toqué fue un jaguar hace dos años. Pero cuando iba a la escuela en el recreo me la pasaba en las rocas o me la pasaba abajo de los arbustos, entonces siempre ha sido una conexión con la naturaleza. No directamente con los animales.

Serio hace un par de años decidió dejar los lujos y el glamour de vivir en Los Ángeles, donde fue un empresario exitoso, acostumbrado a convivir con las estrellas de Hollywood —actrices, rockeros y modelos—. Ahora se deja acompañar y apapachar por estrellas de la naturaleza que de acuerdo con datos de Instagran, se ubica en el top five de la red social con Black Jaguar-White Tiger.

El amor que siente por las fieras lo convierte en uno más de ellos. No en un ser superior ni inferior.

—¿Es una hermandad?

—Completamente, porque para mí todos valemos lo mismo, entonces es algo muy bonito, el pertenecer a algo bonito, me refiero al vínculo con los niños, con los animalitos, siento que esa es la hermandad que a mí me llama la atención.

—¿Cómo te nació el espíritu de hermandad?

—Yo diría que a trancazos. La vida lo va poniendo a uno en su lugar y en mi caso me di cuenta que no valgo ni más ni menos que un animal, ni más ni menos que una planta.

Y creo que en esos encontronazos nació la fundación Black Jaguar-White Tiger.

Black Jaguar-White Tiger tiene como escudo la espiritualidad, porque lo material se esfuma con un soplo de viento.

“Sí, lo espiritual es lo que me deja más aprendizaje, porque dejamos lo material. No hay satisfacción física porque termino bien cansado. Y sin embargo, saber que estamos cambiando al mundo, que estamos ayudando a sembrar semillitas, es bien gratificante de manera espiritual; es bien bonito saber que hay conexión con la gente que conoces y sin embargo estamos lanzando el mensaje, esto es bien bonito.”

El lado espiritual que robustece y conforta a Eduardo Serio no es una religión en particular, pero sí el amor que siente por personajes como Jesús, Buda, Locti Su, Osho, Larepa y varios más.

—¿Qué recomiendas a las personas para ser más humanas?

—La manera en que mi padre verdadero, no el biológico, me ayudó a quitarme de cierta importancia personal; me dijo ve y habla con árboles, ve y habla con las plantas y ve y habla con las flores y que no te dé pena que la gente te vea.

Al principio te va dando pena, pero después vas entendiendo que eres igual; que crean que estás loco, esa ya es cuestión de la gente que te está viendo, pero tú ya te enfocas en esa comunicación con las plantas, eso es lo que él me enseñó.

—¿A qué nivel llegas?

—Ya no hay nivel a dónde llegar, simplemente esas personas tuvieron la virtud de dejar esas lecturas o mensajes. Yo los fui descifrando a mi manera, a mi percepción, pues me fueron dando cierta tranquilidad, si tú tienes una meta, es un estado de ser.

La fortaleza espiritual que engloba amor por el prójimo mantiene a Eduardo Serio firme ante felinos que cualquier humano al verlos frente a frente moriría de un susto.

—¿Cómo logras no tener miedo a los felinos?

—Yo siempre he dicho eso. No siempre es darles mamila, sino terminar el recorrido. Yo confió en el amor y cariño, en el respeto que les doy en el día a día; cuando siguen creciendo sigue siendo el mismo respeto, pero mayor que el día anterior; entonces la relación se va solidificando se va haciendo más verdadera, más amorosa.

—¿Los felinos adultos tienen instintos naturales, posiblemente nos ven como un buen filete?

—Yo no diría que son agresivos. Yo diría que cazan para comer. No son agresivos, no les gusta matar, cazan para comer. No están destruyendo todo, entonces. No tengo ese miedo. No son agresivos.

“Tengo un chorro de animalitos de más de 200 kilos con los que yo crecí; de los 120 que yo he crecido, 110 me pueden matar porque están en edad y en tamaño de matarme, sin embargo nos llevamos increíble”.

La conclusión de la senda que recientemente ha comenzado a caminar hace un par de años no la ha vislumbrado ni ha pensado cómo lograrlo, pero Eduardo Serio tiene bien claro que las fieras, cualquier cuadrúpedo, árboles, flores y aves son sus hermanos.

—¿Hasta dónde piensas llegar?

—No tengo idea, hasta donde me lo permita la experiencia.

—¿Tienes algún límite?

—No porque cuando me pienso me equivocó; entonces prefiero actuar, actuar, actuar y solito se va abriendo el camino, una vereda.

—¡Cómo controlar tantas emociones?

—No las controlo, me dejo ir. No puedo ocultar emociones con un león; dejarte ir y como confío que las emociones son puras; las emociones dan ese control con el animalito, nos hacemos uno, las emociones son como el puente de comunicación.

 

TOME NOTA

Hace un par de años, Eduardo Serio decidió dejar lujos y el glamour de vivir en Los Ángeles, donde fue un empresario exitoso, acostumbrado a convivir con las estrellas de Hollywood —actrices, rockeros y modelos—.

 

CITA

“Tengo un chorro de animalitos de más de 200 kilos con los que yo crecí; de los 120 que yo he crecido, 110 me pueden matar porque están en edad y en tamaño de matarme, sin embargo nos llevamos increíble”