Diálogos por un país roto es un ensayo en el que los autores -Denise Dresser y Julio Hernández- analizan la destrucción de México tras décadas de corrupción, falta de estado de derecho y decisiones políticas por encima del bienestar de la ciudadanía mexicana.
 
De acuerdo con la visión de los escritores, el tejido social de la nación, después de dos sexenios fallidos está debilitado y la paciencia de la población va llegando a su límite, aunque sorprendentemente no pierde la esperanza.
 
“Existe la sensación de que vivimos en un país donde la democracia no funciona”, dijo  Dresser al presentar a los libreros mexicanos este proyecto.
 
Tras los escándalos por corrupción en la administración de Peña Nieto, los estudiantes desaparecidos bajo un evidente caso de crimen de Estado, el desplome de los precios del petróleo y la aparente inmovilidad de la creación de empleos, es tiempo de analizar de dónde vienen las heridas más profundas de México y, sobre todo, qué se necesita para restaurar las fallas estructurales de las esferas políticas, económicas y sociales.
 
"México necesita ser provocado", añadió la politóloga y ese será el objetivo plasmado en este texto, el cual se publicará bajo el sello Planeta, y en el que los analistas buscan plantear perspectivas sobre la situación del país, pero también hacen propuestas para recomponer esta nación rota.