Hace poco tuve la oportunidad de platicar Judy Resnick, autora del libro ¨I´m on my own and so are you: financial security for women¨, como varios escritores a veces pasa todo el día frente a su computadora revisando su textos, y como buena financiera todas su cuentas, sin embargo al estar frente a la pantalla le empiezan a arder los ojos y le es muy difícil trabajar.

Después de descansar los ojos un rato, el malestar disminuye, pero regresa rápidamente cuando vuelve a usar la computadora. Si estuviera jugando, lo apagaría, pero lo necesito para trabajar. Resinick tiene una enfermedad llamada síndrome visual informático. No es la única. Este síndrome puede afectar a cualquiera que pase tres o más horas al día frente al monitor de la computadora y la población en riesgo es potencialmente grande.

Alrededor del mundo, hasta 70 millones de trabajadores corren el riesgo de padecer síndrome visual informático y es posible que la cantidad aumente. En un estudio acerca de este padecimiento por el Medical Practice and Reviews, se presenta una lista de profesionales en riesgo: contadores, arquitectos, banqueros, ingenieros, controladores aéreos, diseñadores gráficos, periodistas, académicos, secretarias y estudiantes, quienes no pueden trabajar sin la ayuda de la computadora.

Los estudios indicaron que entre 70 y 90 por ciento de las personas que usan la computadora durante mucho tiempo, ya sea para trabajar o jugar, tienen uno o más síntomas del síndrome visual informático. Los efectos del uso prolongado de este aparato no solo se relacionan con la visión, también hay quejas de síntomas neurológicos, como dolores de cabeza crónicos y problemas musculoesqueléticos, como dolor de cuello y espalda.

Sin embargo, la molestia más común relacionada con el uso de la computadora, involucra a los ojos, se puede experimentar visión doble y borrosa, así como ardor, comezón, sequedad y ojos rojos, lo que en conjunto puede afectar al desempeño laboral.

Una razón por la que el problema es tan generalizado es que, a diferencia de las palabras impresas en una hoja que tienen bordes bien definidos, los caracteres electrónicos, conformados por píxeles, tienen bordes borrosos, lo que provoca que para los ojos sea más difícil enfocar. Sin que nos demos cuenta, estos intentan descansar constantemente cambiando su foco a un área detrás de la pantalla, y este constante cambio de la pantalla al punto de relajación provoca tensión y fatiga ocular.

Otro efecto que no es consciente es la frecuencia de parpadeo reducida, que puede provocar sequedad y ojos irritados. En lugar de una frecuencia normal de 17 o más parpadeos por minuto, al trabajar ante la pantalla, el parpadeo a menudo se reduce a unas 12 o 15 veces por minuto.

Además, hay otros problemas. La distancia de la cabeza a la pantalla y su posición en relación con ella son también factores de riesgo importantes. Para proporcionar a los ojos una distancia cómoda para enfocar, la pantalla debe estar a unos 50 o 70 centímetros del rostro. Cuanto más cerca estén los ojos del monitor, es más difícil enfocar.

Del mismo modo, cuando se mira hacia el frente, los ojos deben estar al nivel del borde superior del monitor. El Departamento de Oftalmología de la Universidad de Pensilvania aconseja que el centro del monitor esté unos 10 o 20 centímetros debajo de los ojos para minimizar la sequedad y el picor, para así reducir la superficie de exposición de los ojos, ya que no están totalmente abiertos. La distancia también permite que el cuello permanezca en una posición más relajada.

La iluminación o el brillo inadecuados también son otro problema. El contraste es crítico y se logra mejor con escritura negra sobre fondo blanco. La pantalla debe ser más brillante que la luz ambiental. La luz de techo o los rayos del sol que aportan demasiado brillo hacen que los ojos se esfuercen para ver lo que está en la pantalla. Un monitor brillante también puede hacer que tus pupilas se contraigan, lo que da a los ojos un rango de enfoque mayor.

Quizá debas reubicar tu escritorio, usar algo que regule las luces de techo o persianas para disminuir la luz del sol. Además, una pantalla plana con cubierta antirreflectante o micas reductoras de brillo u oscuras pueden ayudar a reducir el brillo.

Aunque la prevención es lo más importante, si ya tienes síntomas de síndrome visual informático, hay maneras de reducirlos o eliminarlos. Los oftalmólogos sugieren apegarse a la regla 20-20: cada 20 minutos, toma 20 segundos de descanso y mira hacia una distancia de unos cinco metros.

Parpadea tanto como sea posible de manera consciente para mantener la superficie ocular bien lubricada. Para combatir mejor la sequedad, los ojos rojos y la irritación dolorosa, usa gotas lubricantes para ojos varias veces al día. También puedes reducir el riesgo de ojos secos evitando que el viento te sople en la cara y usando un humidificador para añadir humedad al aire de la habitación.