Las historias familiares son historias de silencios y solo el paso del tiempo le da un espacio a la verdad. Hasta ahora creíamos que se había dicho todo sobre Pablo Escobar, uno de los peores delincuentes de América Latina, pero siempre han sido versiones contadas desde afuera, nunca desde la intimidad del hogar.

Para algunos, Escobar fue un implacable criminal, responsable de la violenta muerte de muchos. Para otros,  fue una especie de “Robin Hood” que donaba dinero y brindaba recursos a los colombianos más desamparados. Pero para Juan Pablo Escobar, su único hijo, él fue sobre todo, su padre.

Con la popularidad en Netflix, de series como Narcos y de la nueva película Infiltrator, protagonizada por Bryan Cransnton, nuestra fascinación por los infames líderes  de cárteles de droga de Medellín se ha incrementado, incluso décadas después de la muerte de Escobar. Pero esas series y filmes captan sólo una parte de la verdad.

Ahora, en este libro, Pablo Escobar, my father, Escobar Jr., invita a los lectores, por primera vez, a introducirse en la intimidad de la vida de su progenitor. Y con una perspectiva privilegiada como ninguna otra, viaja al pasado para revelar un complejo y fascinante retrato de este hombre que fue capaz de cometer los más extremos actos de violencia y simultáneamente profesaba un infinito amor a su familia.

Esta no es la historia de un hijo buscando redención para su padre, pero si una mirada impactante a las consecuencias de la violencia y la abrumadora necesidad de paz y perdón.

Juan Pablo Escobar, ahora Sebastián Marroquín, nació en Medellín en 1977. Arquitecto y Diseñador Industrial. Protagonizó el siete veces galardonado documental “Pecados de mi Padre” proyectado por la ONU en la Celebración del Día Internacional de la Paz. Como pacifista concretó el diálogo, la reconciliación y el perdón con hijos de las víctimas de la violencia narcoterrorista ejercida por su padre en los ochenta y noventa. Conferencista e hijo del narcotraficante más conocido de la historia.