La Arquidiócesis de Puebla expresó sus condolencias a la diócesis de Papantla, así como a los familiares de los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, “que fueron injusta y violentamente privados de la vida”.

En un comunicado firmado por el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, así como por los obispos auxiliares: Eugenio Lira Rugarcia, Tomás López Durán y Felipe Pozos Lorenzini, reiteraron su “cercanía, solidaridad y disposición para acompañarles y ayudarles en estos difíciles momentos”.

Tras el secuestro, asesinato y entierro de los curas que estudiaron en el seminario de Teziutlán, la arquidiócesis apuntó: “Elevamos súplicas a Dios para que, por intercesión de la Madre de Guadalupe, conceda la vida eterna a los padres Nabor y José Alfredo, y el consuelo de la fe y la fortaleza de la fe a sus familiares, a Mons. Zapata y a la Diócesis de Papantla. También le rogamos que toque los corazones de quienes eligen el camino del mal y la violencia, para que se conviertan, y que nos ayude a todos a contribuir en la edificación de un México justo, seguro y en paz”.

Los párrocos Nabor Jiménez Juárez, de 50 años, originario de Tehuacán y José Alfredo Suárez de la Cruz de 30 años, fueron secuestrados el domingo pasado y asesinados a manos de criminales en la ciudad de Poza Rica. 

La Fiscalía General de Veracruz indicó, a través de un comunicado, que los curas fueron privados de su libertad la noche del domingo junto con un empleado en el barrio Petromex de la ciudad de Poza Rica, al norte de Veracruz.

Policías ministeriales que indagaban el caso hallaron los cuerpos de Alejo y José la tarde del lunes en un paraje de un camino que conecta la ciudad de Poza Rica con Papantla, señaló la Fiscalía.