La torre de Jesucristo de la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona que, con 172.5 metros de altura, será la edificación más alta de la capital catalana, comenzó a construirse y se prevé que estará acabada en 2020.

Cuatro años después, en 2026, se espera culminar el gran templo diseñado por Antoni Gaudí, cuya construcción se inició en 1882.

El director arquitecto de la Sagrada Familia, Josep Faulí, explicó la evolución de las obras, que, con el 70 por ciento de ellas ejecutadas se desarrollan según las previsiones.

Faulí indicó que la Sagrada Familia se acabará en 2026 si el presupuesto continúa siendo el actual, de 25 millones de euros anuales.

El arquitecto detalló que este año se colocó el pórtico de la esperanza, del escultor Etsuro Sotoo, en la fachada del Nacimiento, y se concluyeron las obras de las cantorías con el revestimiento de piedra de las gradas y las barandillas con las partituras de himnos litúrgicos de todo el año.

La sacristía del Poniente, bendecida en 2015 y que se puede visitar desde mediados de este año, ya está prácticamente acabada, así como el pórtico superior de la fachada de la Pasión, donde queda pendiente la colocación de la cruz y de otras esculturas.

De cara a 2022, el reto del equipo arquitectónico es finalizar las seis torres centrales.

Las cuatro de los evangelistas, que este año llegaron a 76 metros de los 135 que tendrán en total, la torre de la Madre de Dios, que con casi 140 metros de altura proporcionará luz natural al presbiterio; y la torre de Jesucristo, en cuyo interior habrá un ascensor que conducirá la cúspide, coronada por una cruz de 15 metros.

Una vez terminado, el conjunto de las dieciocho torres “será plásticamente extraordinario y cambiará el skyline de la ciudad”, aseguró Faulí.

Para cumplir este objetivo, equipo de arquitectos ideó un sistema constructivo prácticamente desconocido que nunca se aplicó a una estructura grande: la piedra posttensada.

El sistema, explicó Faulí, en el que las barras de acero tensan un sistema de paneles de piedra, logrará que las torres soporten el viento y los sismos, “respetando la propiedad estructural de la piedra y cumpliendo con los criterios de seguridad actuales”.

Estos paneles de piedra, que llegan hasta los cinco metros de altura y las 24 toneladas de peso, se fabrican en un taller externo y permitirán construir las torres por niveles, “como si fueran un mecano”, detalló el arquitecto.

A partir del mes que viene se colocarán los primeros paneles de la torre de la Madre de Dios, que en 2017 ya contará con seis niveles, mientras que las torres de los evangelistas ya tendrán tres niveles, anunció Faulí.

Una vez terminada la constricción, que según aseguró el arquitecto “está programada mes a mes”, empezará una nueva etapa de “importantes labores simbólicas y artísticas” en el templo, de las cuales la mayor será la fachada de la Gloria.