La fiesta brava en Puebla ha vivido un día infernal porque el morenovallismo ha puesto a la venta El Relicario, el inmueble de 8 mil 867.35 metros cuadrados. Así, el coso de Los Fuertes ha pasado a la historia de la tauromaquia nacional como una de las principales plazas, después de 28 años imborrables por las extraordinarias faenas de “El Rey” David Silveti, Eloy Cavazos, Manolo Martínez, Jorge Gutiérrez, El Pana, Zotoluco, Rafael Ortega, El Zapata, Enrique Ponce, El Juli, Pablo Hermoso de Mendoza, Joselito Adame, Arturo Gilio y Sebastián Castella.

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Jorge Gutiérrez, David Silveti y Vicente Ruiz "El Soro", realizaron el primer paseíllo la tarde del 19 de noviembre de 1988 para lidiar toros de la inmortal ganadería de Reyes Huerta. Los tendidos del coso superaron las 5 mil entradas. El primer toro de nombre fue Fundador fue para Silveti, quien cortó la única oreja de festejo.

Así, los poblanos comenzaron a vivir la más bella de las fiestas con festejos promovidos por los empresarios José Ángel López Lima, Alberto Bailleres, José María Arturo Huerta, Javier Marroquín, Mario del Olmo, Alberto Ventosa y Juan Huerta.

En el redondel la fiesta se enriqueció con las ganaderías de Reyes Huerta, José María Huerta, Piedras Negras, Begoña, Mimiahuapan y Los Encinos.

El primer rabo cortado en El Relicario Joselito Huerta fue para Rafael Ortega Blancas, el 13 de mayo de 1989, al toro Flamenco del hierro de Huichapan. Así, el tlaxcalteca comenzó una carrera ascendente hasta convertirse en el ídolo de los taurinos poblanos, que lo hicieron suyo y lo encumbraron como una de las principales figuras del plano nacional. 

Alberto Ortega también probó las mieles del éxito al lado de su hermano Rafael en los primeros años de El Relicario, pero fue Rafael quien terminó por convertirse en una de las principales figuras. El torero hecho en Puebla tuvo noches memorables, pero también probó la hiel de las tardes y noches sin fortuna. La misma fortuna acompañó a Fernando Ochoa

El Zapata, también hecho en Puebla, el tlaxcalteca recibió en El Relicario sus primeras oportunidades hasta afianzarse como una de las figuras nacionales.

Rodolfo Gutiérrez, El Pana, cautivó también a los poblanos al final de su carrera. El diestro de Apizaco con la picardía que lo caracterizaba se convirtió en un imán de taquilla.

Dentro de los ídolos creados en El Relicario no puede pasar de largo el nombre de Jerónimo, el diestro de la Ciudad de México fue formado en El Relicario como un torero de carácter, así Jerónimo también se encumbró en la plaza México. 

Las noches de Arturo Gilio con su toreo colmaron el tendido innumerables ocasiones. El de Aguascalientes salió varias veces en hombros y, una vez, en camilla al recibir una grave cornada que lo trasladó al Betania, donde permaneció por una semana.

Esas noches dramáticas cuando Gilio, los hermanos Rafael y Alberto Ortega, El Cuate Espinosa y El Zapata recibieron cornadas de pronóstico reservado no se apartarán de las mentes de los taurinos, porque su vida dependió de los buenos oficios del doctor José Alberto Vázquez, en la mayoría de los casos.

El primer rejoneador en partir plaza en El Relicario fue el hijo del Ciclón Arruza, Carlos Arruza, el 6 de mayo de 1989.

La primera novillada ocurrió el 25 de diciembre de 1988 con Julio Sánchez, Rafael Ortega, Marco Antonio Camacho, Hugo García Méndez, Saúl Acevedo y Ángel García El Chaval, con novillos de Rancho Seco. La primera oreja de un novillo la cortó Hugo García Méndez.

El primer festejo nocturno en el coso de Los Fuertes fue la novillada del 9 de septiembre de 1989 para Alfredo Lomelí, Marco Antonio Camacho y Arturo Gilio.

Cerrojazo

El jueves 5 de mayo de 2016, El Relicario tuvo un cerrojazo de lujo con Eulalio López Zotoluco y Joselito Adame con toros de Campo Real.

Españoles

José Tomás, El Juli, Enrique Ponce, El Soro, Morante de la Puebla y El Fandi, maestros de la tauromaquia española, fueron aclamados y, también abucheados, como Julián López en una de sus últimas corridas.

Pablo Hermoso de Mendoza con Cagancho (el caballo torero) vivió tardes y noches pletóricas. El rejoneador navarro toreó en la grupa del inmortal Cagancho principalmente excelentes ejemplares de la ganadería de Reyes Huerta y José María Arturo Huerta. 

El francés Castella

El francés Sebastián Castella llegó muy joven a El Relicario, pero con un toreo elegante y temerario se ganó a los taurinos poblanos que lo hicieron suyo.

Castella con el trascurrir de los años se convirtió en una verdadera figura en España y en la México, el regreso del francés a El Relicario se reflejó en un entradón en el tendido y con un gran triunfo.