La compañía automotriz Ford canceló ayer sus planes de construir una fábrica en el Estado de San Luis Potosí, que representaría una inversión de mil 600 millones de dólares y crearía alrededor de dos mil 800 empleos directos en 2020.

El anuncio de la cancelación provocó un nuevo máximo histórico en la cotización del peso frente al dólar, que culminó la jornada en ventanillas de Citibanamex en 21.40 unidades por cada billete verde, desde los 21.05 unidades por dólar del pasado lunes.

Aunque Mark Fields, director general de Ford, dijo que las fuerzas del mercado determinaron la decisión de la empresa de no construir la planta en México y, en cambio, invertir 700 millones de dólares en un plazo de cuatro años para ampliar su planta de Flat Rock, la sombra de las presiones del presidente electo Donald Trump sobre las grandes empresas estadounidenses para que regresen al país sus plantas de producción puede haber ayudado a la decisión.

“Es literalmente un voto de confianza para el presidente electo Trump en algunas de las políticas que él podría estar tratando de lograr”, dijo Fields.

Horas antes del anuncio de Ford, su competidora General Motors fue objeto de las críticas de Trump a través de Twitter.

El presidente electo amenazó a la transnacional con fuertes impuestos a la importación de sus vehículos producidos en el extranjero, especialmente en México.

“General Motors está enviando su modelo Chevy Cruze, hecho en México, a Estados Unidos sin pagar impuestos al cruzar la frontera. ¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una alta tasa de frontera!”, expresó el presidente electo.

GM respondió a Trump, enfatizando que la gran mayoría de sus vehículos modelo Cruze que vende en Estados Unidos se fabrican en el Estado de Ohio, y sólo unos pocos se importan desde México.

En Michigan, Ford, el segundo mayor grupo automotor de Estados Unidos, construirá vehículos eléctricos y autónomos y creará 700 puestos de trabajo. La compañía dijo que continuará con sus planes de enviar la producción de los Focus a México, pero lo hará a su planta de Hermosillo, donde contratará a unos 200 trabajadores para ampliar la producción.

El Gobierno de México tuvo una tibia respuesta a la decisión de la armadora. Mediante un comunicado de la Secretaría de Economía (SE), afirmó que “lamenta la decisión de Ford” y que se “ha asegurado” de que la firma pague cualquier inversión que el Gobierno local haya realizado para facilitar la construcción de la planta, tal y como se establece en el convenio marco.