La transformación en el crecimiento de México ante las medidas negativas dirigidas por la nueva administración presidencial de los Estados Unidos se logrará cuando se modifique el modelo económico generado por el “oro negro” impuesto desde la era de José López Portillo, además de incrementar el desarrollo en ciencia y tecnología, en la contracción de las exportaciones, en una producción de calidad para el mercado local y ver en la clase política gobernante a los verdaderos enemigos y no en Donald Trump.

Durante el análisis “El inicio de la era Trump: ¿Qué nos toca hacer?” Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales, resaltó las movilizaciones sociales en Estados Unidos realizadas desde el primer día en que el magnate tomó protesta como presidente.

En contraste, lamentó que en México la sociedad se haya mantenido indiferente a cambiar los políticos que se han eternizado en el poder, pero aclaró que los efectos del primer gasolinazo han despertado a la población que ha emprendido un verdadero reto de transformar a la clase gobernante.

“Se debe fortalecer el mercado interno, la protección de la pequeña y mediana empresa, se debe financiar la innovación, esa es la mejor apuesta económica que se puede hacer”.

Hernández Avendaño consideró que los políticos que hoy gobiernan a México carecen de la capacidad para enfrentar al populista Trump, como lo reitera el discurso simplista de Enrique Peña Nieto.

En este tema fundamental coincidieron los panelistas: Miguel Reyes Hernández, director del Observatorio de Salarios y Pobreza; Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública; José Luis García Aguilar, coordinador de la Licenciatura en Relaciones Internacionales y María Elvia Laija Olmedo, especialista en análisis de Rusia, al subrayar que el enemigo de México es la clase política nacional por mantenerse distante de la población, a pesar de recibir bonos y salarios estratosféricos comparados con los ingresos de la mayoría de la población que, lamentablemente, continúa financiando a los gobernantes corruptos en turno sin protestar al unísono.

Juan Luis Hernández reiteró que México necesita urgentemente transitar a un modelo de economía sostenible y sustentable.

“Esta política postpetrolera implicaría dedicar un porcentaje importante del presupuesto federal y de los presupuestos estatales a la innovación. Los gobiernos en Europa invierten hasta dos puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) para la innovación; mientras que México no destina ni medio punto porcentual. En territorio nacional existen  nuevas generaciones que están planteando inventos para vivir un nuevo modelo despegado del petróleo”.

En tanto, José Luis García Aguilar, coordinador de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, deploró que los políticos mexicanos estén esperando la reunión entre Peña Nieto y Trump para redefinir sus flacas políticas internacionales, además que su brillante secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, continúe aprendiendo y siga sin aplicar medidas que se traduzcan en beneficios para el país.

Sin plan estratégico 

Pero Miguel Calderón Chelius, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública, subrayó que la “expulsión” de mexicanos hacia Estados Unidos está transformando a México en un país envejecido que no encuentra una mejora de la economía local.

Este aspecto hace de México un país vulnerable porque las políticas empleadas por los gobernantes en turno solo aumentaron la desigualdad social y nadie pretende reducir la pobreza, matizó Miguel Reyes Hernández, director del Observatorio de Salarios y Pobreza.


Reyes Hernández pormenorizó que México es un país vulnerable porque durante varias décadas se aplicaron políticas que generaron mayor desigualdad social y nadie ve cómo reducir la pobreza.

“La crisis en México es producto de un conjunto de factores relacionados con las políticas públicas; hoy nadie le cree al presidente Enrique Peña Nieto porque a lo largo de su sexenio se ha caracterizado por decir una cosa y hacer otra completamente distinta; la solución no está en lo que haga Estados Unidos sino en las acciones que México pueda implementar apoyando a los jóvenes y a su población”.