La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, hizo sus primeros comentarios después del peor ataque terrorista ocurrido en Londres desde 2005, que hasta ahora ha dejado cuatro muertos y más de 20 lesionados.

May declaró afuera del número 10 de Downing Street, después de asistir a una reunión con los principales asesores de seguridad británicos, tras el ataque en el que un terrorista apuñaló a un oficial de policía que vigilaba la sede del Parlamento británico.

La primera ministra calificó como "enfermo y depravado" el ataque y elogió el valor de los oficiales de policía que enfrentaron la situación peligrosa mientras evacuaban a las personas. May confirmó que mantendrá en "severo" el nivel de alerta terrorista actual.

El lugar elegido para este ataque no es fortuito", indicó May en una declaración después de la agresión contra Westminster y añadió que "los terroristas eligieron atacar el corazón de nuestra capital en donde personas de todas las nacionalidades, religiones y culturas conviven. Estas calles de Westminster, hogar del Parlamento más antiguo del mundo, están llenas de un espíritu de libertad".

Mañana se reunirá el Parlamento como siempre y los londinenses y las personas de todo el mundo que han venido a esta gran ciudad, se levantarán y harán su día como siempre. Abordarán los trenes, dejarán los hoteles, caminarán por las calles, vivirán su vida", añadió.

Un atacante solitario atropelló con su auto a los transeúntes en el Puente de Westminster y dejó al menos 20 heridos, una acción similar a la de otros ataques cometidos en la parte continental europea. Algunas de las víctimas sufrieron heridas catastróficas. Entre las víctimas hay tres oficiales de policía y varios estudiantes franceses.

Después, el auto se estrelló contra una valla que rodea a la Cámara de los Comunes. La Policía Metropolitana informó que un hombre armado con un cuchillo continuó con el ataque e intentó entrar al Parlamento.

El agresor apuñaló a un policía armado que vigilaba las cámaras del Parlamento y fue abatido por otros oficiales armados. Tanto el policía apuñalado como el agresor murieron más tarde a causa de sus heridas. Se informó a la familia del oficial sobre la tragedia.

Cuando las personas, en su mayoría turistas internacionales, se dieron cuenta de que había un ataque en progreso, corrieron para huir del peligro.

Una gran parte del centro de Londres fue cerrada y cientos de políticos y personal, así como visitantes dentro de ambas cámaras del Parlamento, fueron encerrados mientras se realizaba un enorme operativo de seguridad.

May fue rodeada por oficiales de policía armados y fue trasladada rápidamente de la Cámara de los Comunes al número 10 de Downing Street.

Cientos de niños de primaria que visitaban el Parlamento fueron llevados a una zona segura en el Palacio de Westminster hasta que la policía descartó la presencia de bombas o terroristas. Después los menores fueron sacados del edificio protegidos por policías armados.

Del otro lado del río Támesis, cientos de personas en London Eye quedaron varadas en los módulos de la gran rueda de la fortuna hasta que la policía consideró que era seguro. Muchos fueron entrevistados en busca de potenciales testigos del ataque terrorista.

Las calles alrededor de Westminster y Whitehall, desde Plaza Trafalgar, mantienen un silencio sobrecogedor esta noche mientras continúa el bloqueo.

La policía investiga al hombre detrás del ataque terrorista con la finalidad de descubrir si tuvo cómplices.