Pablo Hermoso de Mendoza confirmó con sus caballos toreros ser el mejor rejoneador del globo, al torear a la grupa con sus seis jamelgos. El navarro con Januca, Nevado, Barrabás, Donatelli y Alfeñique bordó un toreo verdad en Acrópolis, bien pegado a los cuartos traseros de sus ejemplares, los toros de Marrón que no desentonaron con su bravura y nobleza.

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Héctor Gabriel recibió el doctorado de un ‘gigante’ de la tauromaquia, Enrique Ponce. El poblano recibió una oreja protestada por lo conocedores, después de dejar una estocada caída y tendida, sin embargo el juez de plaza José Antonio Gaona premió de más al nuevo maestro al entregarle una oreja porque el trasteo a Carbonero, su segundo de la noche, del hierro de Coyotepec no fue aseado y el ejemplar de 550 kilogramos por momentos se olvidó de buscar con celo el capote.

El español, Enrique Ponce vino a realizar a torear como maestro. El ejemplar de Los Encinos, su segundo de la noche, de nombre Zapatero fue bravo, noble y codicioso a lo largo de una excelsa faena al natural y con la diestra. La serie de cinco pases a Zapatero en redondo evidenciaron la gran calidad de la faena. Los aficionados exigieron el indulto pero Gaona no lo concedió. El desenlace fue fatal porque los villamelones con sus gritos y movimientos en el tendido impidieron que el toro buscara la muleta en la suerte suprema. Es más el juez Gaona peco de papista al dar la orden al trompetista de dar un aviso que fue abucheado por los conocedores de la fiesta brava.

Pablo Hermoso sale a hombros

El rejoneador navarro con Camotito de Marrón siempre buscó realizar un buen toreo que logró en ocasiones pero el toro en el último tercio se quedó cortó, impidiendo el lucimiento del rejoneador que aun así  logró encelar a su primer ejemplar para comenzar a calentar el ambiente.

Pablo Hermoso con Alfeñique de Marrón, sencillamente, enloqueció al tendido por su toreo y arte regalada al lado de sus nobles corceles que se crecieron al ver como Alfeñique buscaba hacer contacto, pero Hermosos siempre llevó a sus caballos a dar una verdadera cátedra de torear.

Los aficionados se entregaron al jinete y a sus cabalgaduras porque vieron suerte que atesoraran en su memoria hasta su último suspiro. El rejoneador realizó en dos ocasiones ‘el teléfono’ para dejar en claro su dominio ante el toro.

Los premios, dos orejas, fueron consolidados por una gran ovación que estremeció los cimientos de Acrópolis.

Enrique Ponce 

El español Enrique Ponce con Tendero se impulsó con Tendero de Los Encinos, pero el toro no colaboró en toda la faena y terminó por despacharlo.

Pero con Zapatero confirmó ser una de las principales figuras de la tauromaquia al estructurar una faena fenomenal con la diestra y al natural, lamentablemente, los villamelones  estropearon la suerte suprema.

Héctor Gabriel con hambre de triunfo

El poblano con Canta Clara de Coyotepe poco pudo hacer ante la poca fuerza de ejemplar. Pero con su segundo de la noche de nombre Carbonero se vio voluntarioso pero no logró conectar con el tendido, aunque logro buenas series (dos) con la diestra. El estoconazo caído y desprendido fue premiado por una oreja.