Cassini sobrevivió. La sonda debió cortar todo contacto con la sede de la NASA en California durante 20 horas para sumergirse en el pequeño espacio que separa al planeta de los anillos que lo rodean. Los técnicos temían que no reapareciera, pero lo logró.

El mayor premio fue que pudo enviar tres imágenes que muestran detalles nunca antes vistos de los anillos de Saturno. El análisis de ese material y de todo lo que aún tiene para ofrecer Cassini permitirá a los especialistas calibrar las precauciones que deberán tener en cuenta al enviar una nave tripulada en el futuro.

La sonda penetró a una velocidad de 124 mil kilómetros por hora, de modo que estaba el riesgo de que incluso partículas muy pequeñas pudieran ocasionarle daños sensibles. Como medida defensiva, utilizó su enorme antena en forma de plato como escudo protector. Por eso debió cortar toda comunicación.

"Nunca una nave espacial había estado tan cerca de Saturno. Sólo podíamos confiar en nuestras predicciones, basadas en nuestras experiencias previas con otros anillos", dijo Earl Maize, director de la misión Cassini. "Estoy muy contento de que la sonda se introdujo en el espacio justo como lo habíamos planeado, y que salió en perfecto estado".