Tras reconocerse públicamente la existencia de El Yunque, una organización de derecha de alcance internacional, Ana Teresa Aranda Orozco sostuvo que esta cumplió su papel y reconoció que, de manera indirecta, la persiguió. Mientras, el catedrático universitario, Fidencio Aguilar Víquez, destacó el papel de Manuel Díaz Cid, demostrando que en la actualidad es posible dialogar y que la organización cumplió su cometido.

En entrevista, Ana Teresa Aranda, quien fuera vinculada con la organización, comentó: “Puedo hablar de lo que conozco, en esa época estaba en la cívica femenina, que era una institución que presidí a nivel nacional y a la que le debo mucho de lo que soy, mucho de lo que aprendí, pero sobre todo en tema de liderazgo de oratoria, de convertirme en una polémica.”

“Cuando me entrevistaron hace 15 años y me hacían preguntas de ciertos personajes que conocía y se decía que estaban ligados al Yunque, yo decía si me preguntaban por Manuel Díaz Cid, diré que es un súper personaje al que admiro y respeto de toda la vida, lo mismo de Manuel Rodríguez Concha y de la gente que conocí de manera cercana”.

La exdirigente estatal comentó que leyó a Manuel Díaz Cid, mencionando que es positivo que haya alguien que cuente la historia de lo que en sus orígenes fue el movimiento pues, finalmente, Desarrollo Humano Integral AC (DHIAC) y la Cívica Femenina terminaron siendo instituciones que de alguna manera estuvieron inspiradas en el propio Yunque.

“Ellos tuvieron su parte en la historia, y ahí está consignado, me dio mucho gusto escucharlo de cómo nace el movimiento y finalmente la gente que ahí se compromete, lo hace a morir. Lo que hay ahora como resultado del mismo hay cosas importantes como la Upaep, pero también creo que hubo un momento en que gente que estaba ligada al Yunque se hicieron dueños de las instituciones”, advirtió.

La exclusión

“Recordarán mi pleito al interior del PAN, hubo momentos en los que ellos eran los dueños y uno no tenía derecho de picaporte, si uno no se sometía era una persecución brutal y en mi caso la padecí durante años, en sí desde hace veinte años, cuando busqué la presidencia estatal de Acción Nacional.”

 “En Puebla tuve muchas dificultades en el PAN y tuve la fortuna de tocar otras puertas, abrir otras, y pude seguir participando en política. Lo que es curioso es que quienes llegaron en un momento dado que eran gente del Yunque y se apropiaron del partido ahora sufren las consecuencias, pues su ambición los llevó a perder el partido”.

“Yo creo que quienes quedaron en los puestos dentro de las organizaciones mismas como el PAN, ya no tenían el compromiso con los filiales ni ese ánimo de que las instituciones salieran adelante, además de que era complicado porque una organización como El Yunque, que es jerárquica, interviniendo de manera directa en una organización democrática como lo es un partido político no podía salir nada bueno”, comentó al ser cuestionada sobre qué llevó al desgaste a El Yunque.

“Había gente de otros ámbitos dentro de un organismo que debía seguir sus propios parámetros y objetivos, eso dificultó mucho porque tenían que obedecer en otros lados e imponer lo que se les ordenaba en otro lado, y se forzaba a la institución y le quitaban lo democrático y frescura que debía tener como partido político”.

“Ahora la ambición rompe el saco, queríamos ganar a como diera lugar y ya no había confianza en los liderazgos ni en el Yunque y por eso se le abre la puerta a Moreno Valle y ahora veo a gente como Pablo Rodríguez, el propio Francisco Rodríguez Álvarez, pues es bien cierto el dicho de que de santo resbala, hasta demonio no para, tanto golpe de pecho para acabar arrodillados ante el mismo demonio que es Moreno Valle”.

“Yo creo que fue un movimiento que nació por una necesidad de organizarse de la sociedad, de los católicos pues en estos momentos las condiciones son otras y es difícil que pueda replicarse”, apuntó sobre si el movimiento podría resurgir.

La enseñanza

El catedrático de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Fidencio Aguilar Víquez, dijo que el hecho de que Manuel Díaz Cid plantee el tema es relevante, sin embargo, como él lo señala, hay que sacar las lecciones de la vida.

Indicó que lo que es meritorio es que los antiguos adversarios hoy son capaces de sentarse a dialogar, discutir y plantear sin que los interrumpan.

El catedrático expuso que quienes maduraron fueron las personas que contendieron ideológicamente, por lo que ahora se prioriza a Puebla como espacio vital.

“Las nuevas generaciones tienen que aprender la lección del Yunque, y esos tiempos, que no es con confrontaciones, con descalificaciones o exclusión, por el contrario un reconocimiento de los que piensan y sienten diferente, y con ellos se puede construir y pensar en el futuro de Puebla”.

Reiteró que con estos movimientos que se presentaron tanto en la izquierda como en la derecha se demuestra que hay que aceptar a quienes son distintos y saber que se pueden construir mejores cauces.