El exdiputado federal y aspirante a una candidatura independiente por la Presidencia de la República, Gerardo Fernández Noroña, afirmó que autoridades estatales y federales están coludidas con el robo de hidrocarburos o huachicol.

En rueda de prensa en el zócalo de Puebla, aseveró además que el “huachicolero mayor” en Puebla es el exgobernador Rafael Moreno Valle, ya que en su sexenio fue cuando se incrementó el delito.

El político de izquierda, señaló como un crimen la presunta ejecución extrajudicial de un poblador de Palmarito Tochapan a manos de un soldado, pues insistió que aunque el civil hubiese matado a 20 personas, esto no justifica la acción del pasado 3 de mayo. Y es que recordó el vídeo que circuló a nivel nacional, donde un elemento del Ejército Mexicano dio muerte a una persona sometida, tras un enfrentamiento a balazos.


Durante su visita a Puebla, el exlegislador denunció que el gobierno está detrás de la guerra del huachicol y recordó que el mismo el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Salvador Cienfuegos, denunció la omisión de los gobiernos estatales en el combate a este delito, por ejemplo el de Rafael Moreno Valle.

Por lo tanto, indicó que en Puebla no se puede entender el robo de hidrocarburo de los ductos de Pemex sin la participación del personal de Petróleos Mexicanos, ya que la ordeña es un proceso complejo.

“No le picas y no sale luego luego la gasolina, además para ordeñar no se tardan cinco minutos, es obvia la colusión de autoridades, ya que existe la tecnología para detectar el robo”.

“Sin duda hay complicidad”, dijo al poner como ejemplo la existencia de aplicaciones como Waze, en la que es posible saber quiénes circulan por las arterias viales. 

“Ese programa usted lo baja y te dice si hay un perro muerto, una patrulla, cuánto tráfico, cuánto tiempo, cómo va a ser que el gobierno con toda su estructura no va a detectar a los que están robando combustible”, dijo.

-¿Entonces se les ha salido de las manos o por qué los enfrentamientos?- cuestionó Intolerancia Diario.

-Es un tema oscuro que no entiendo que está pasando ahí, a mí me parece que están pretendiendo desviar la atención de algo.

“Nadie lo dice pero todo el mundo lo sabe, en el gobierno de Moreno Valle, todos lo saben en Puebla, pero nadie se atreve a decirlo, porque sabe que son delincuentes peligrosos”.

“Qué está ahí, porqué sucedió, porqué se dan los enfrentamientos, no lo sé, pero hay familiares que aseguran que la persona ejecutada nada tenía que ver con el tema, sostienen que era un campesino”.

-¿Con chaleco antibalas?

-Yo no lo sé, pero ya hubo el caso del Tec de Monterrey, donde murieron dos muchachos, les pudieron armas, pasaron dos años para demostrar que no eran narcos, que eran estudiantes. El chaleco antibalas se lo pudieron haber puesto”.

-¿Pero se ve cuando lo bajan que lo lleva puesto?

-Por eso, por eso, lo mostraron en el piso asesinado, yo no sé qué haya hecho antes.

Fernández Noroña acusó también que los gobiernos, además de las empresas internacionales como Shell y Chevron, son los principales huachicoleros del país.

De este modo aseguró que la omisión del gobierno estatal pasado y del gobierno federal es signo de la complicidad que tienen con los grupos delincuenciales dedicados al robo de hidrocarburos.

Insistió en la colusión de Pemex con estos grupos delictivos, al argumentar que los huachicoleros tienen conocimientos sobre la sustracción de combustible, a los que solo el personal de la paraestatal tiene acceso.

Según información de Petróleos Mexicanos (Pemex), en el primer bimestre de 2017 ya se detectaron 229 tomas clandestinas en Puebla, 104 de ellas en febrero y 125 en enero, según el reporte.

Luego de que fuera Puebla por mucho tiempo primer lugar nacional en robo de combustible, bajó al segundo lugar al ser superado por el estado de Guanajuato.

Tepeaca, según Pemex, bajó al segundo sitio en la localidad con más ductos perforados por delincuentes, al contabilizarse 20 tomas clandestinas en enero y 21 más en febrero.

Sigue en tercer sitio el municipio de Acatzingo, con 18 tomas clandestinas en febrero y cinco en enero. Posteriormente Quecholac y Acajete, registraron 10 y nueve tomas clandestinas, respectivamente.