El exdirector del FBI, James Comey, compareció hoy jueves en el Senado de Estados Unidos, en donde ha dicho ser víctima de difamación por parte del Gobierno de Donald Trump y presionado para abandonar una investigación sobre los presuntos nexos de la campaña presidencial con Rusia.

Comey se enfrenta a preguntas acerca de si Trump abusó de su poder al demandarle lealtad. También responde sobre las acusaciones de que el presidente intentó obstruir la justicia al pedirle cerrar parte de la investigación del FBI sobre Rusia.

En una de sus primeras declaraciones, Comey aseguró que no tenía duda de que Rusia estaba detrás en la intromisión en las elecciones de 2016.

Sin embargo, dijo que las informaciones que poseía no le permitían afirmar que el resultado de la elección pudo haber sido manipulado.

Al inicio de la sesión, el presidente de la comisión, el senador Richard Burr, preguntó directamente: "¿En algún momento el presidente le pidió que interrumpa la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016".

Comey ofreció una respuesta monosilábica: "No".

Comey dijo que las explicaciones cambiantes del presidente Donald Trump tras su despido le resultaron confusas y preocupantes.

Cuando fui nombrado director del FBI en el 2013 comprendí que me desempeñaba a satisfacción del presidente", dijo Comey a la Comisión de Inteligencia del Senado.

El 9 de mayo, cuando me informaron que había sido despedido, por esa razón, inmediatamente me dirigí a casa como un ciudadano privado", declaró. "Pero después las explicaciones, las explicaciones cambiantes, me confundieron y me preocuparon mucho".

Comey prefirió no repetir el testimonio por escrito que divulgó el miércoles, donde afirmó que Trump le sugirió que deje en paz al general Michael Flynn, recientemente despedido del cargo de Asesor de Seguridad Nacional y quien era uno de los investigados.

Comey afirmó que discutió con sus subordinados más próximos la situación generada por las presiones de Trump y precisó que el FBI no quería "contaminar" el equipo que llevaba adelante las investigaciones comentándoles las presiones de la Casa Blanca.

No queríamos que los agentes supieran lo que el presiente había pedido. Cuando viene del presidente, lo tomo como una instrucción", dijo el exfuncionario ante el Senado.

Sin embargo, Comey consideró "perturbadores" los pedidos de Trump en la investigación sobre Rusia.

Comey añadió que no es su papel indicar si Trump incurrió en el delito de obstrucción de la justicia al hacerle sugerencias sobre cómo realizar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa.

No pienso que yo deba decir si las conversaciones que tuve con el presidente fueron obstrucción de justicia. Fue una cosa muy perturbadora, desconcertante", se limitó a comentar el exdirector del FBI durante la audiencia.

Cuando anunció el despido de Comey, en mayo, Trump publicó en Twitter una velada amenaza para que se mantenga en silencio, sugiriendo que podría tener grabaciones de las conversaciones entre ambos.

Hoy jueves, Comey dejó claro que no se sintió intimidado: "He visto el mensaje de Twitter sobre las grabaciones. Yo espero que haya grabaciones", dijo.

Donald Trump discrepa con dos puntos clave del testimonio escrito entregado por Comey, dijo el jueves una fuente cercana al mandatario republicano a Reuters.

En una declaración escrita enviada al Congreso de Estados Unidos, Comey dijo que Trump le pidió que el FBI dejara de lado una investigación sobre el exasesor de Seguridad Nacional Michael Flynn, y también afirmó que el mandatario le exigió lealtad.

Fuentes de la Casa Blanca le dijeron a CNN que no se espera que Trump esté atento a la televisión para ver la audiencia o que publique tuits.

Este drama político parece destinado a ocupar un lugar destacado junto a otros momentos televisados, como la audiencia de Anita Hill en 1991, partes de las audiencias de Watergate en 1973 y las audiencias Ejército-McCarthy en 1964.

En esencia, esto se reduce a una confrontación de dos versiones del mismo evento: una ofrecida por el presidente Donald Trump y la otra por el director del FBI, a quien el mandatario despidió.