Tras siete años de trabajos constantes en un predio ubicado a espaldas de la Catedral Metropolitana, los restos del principal Templo de Ehécatl (dios mexica del viento), así como de una esquina del Juego de Pelota de la antigua Tenochtitlan, han quedado al descubierto en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

El anuncio fue hecho por Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de la República, acompañado por la secretaria de Cultura, María Cristina García Cepeda; Diego Prieto, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, y Raúl Barrera, coordinador del Programa de Arqueología Urbana (PAU).

García Cepeda expresó que estos hallazgos se suman a los grandes descubrimientos que desde hace casi 40 años —tras el hallazgo del monolito de Coyolxauhqui— han aproximado a la sociedad mexicana actual “al esplendor de la ciudad prehispánica de Tenochtitlan”.

 


Por su parte, el arqueólogo Raúl Barrera, responsable del PAU, detalló que conforme a la evidencia de las tres etapas constructivas detectadas hasta ahora, ambos edificios estuvieron en uso por lo menos desde 1481 (durante el gobierno de Tízoc) y en los subsecuentes mandatos de Ahuízotl y Moctezuma Xocoyotzin, hasta 1519, coincidiendo con la llegada de los españoles. Consumada la conquista, los edificios tenochcas fueron desmantelados paulatinamente en sus etapas superiores para construir la capital virreinal. 

Barrera también reparó en la calidad del piso de piedras lajas que data de la Etapa VI (hacia 1486 d.C.), así como en la enorme curvatura de la base del templo hecha de tezontle unido con lodo y la cual conserva buena parte de su aplanado original.

El conocimiento y la preservación del Templo de Ehécatl y del Juego de Pelota es fruto de la colaboración de varios profesionales, quienes se han comprometido con su rescate en diversas temporadas de trabajo en los últimos siete años: los arqueólogos Iván Urdapilleta, Israel Fuentes, Lorena Vázquez, Ingrid Trejo, Sandra Liliana Ramírez, Moramay Estrada, José María García, Eduardo Ambrosio Lima, Miguel Guadarrama y Mariel de Lourdes Mera Cáceres; así como las restauradoras Federica Grifi y Patricia Campos Díaz.