Cresencia Rodríguez Octaméndez, indígena totonaku, estudiante del séptimo semestre del doctorado en Educación en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de Puebla es presionada por la coordinadora Ofelia Piedad Cruz Pineda y por su asesor, Javier Téllez Ortega, para que solicite su baja voluntaria del programa, pues señalan que no ha logrado el avance esperado en su investigación, justo cuando está por terminar el séptimo semestre.

Por lo anterior, la maestra, quien trabaja en la UPN de Zacatlán, solicita la intervención de las autoridades de la UPN para revisar tal situación, debido que durante tres años ha sido aprobada por su comité tutor y hasta este momento se le indica que sus avances de investigación no son los esperados, sin embargo, estos han sido revisados y validados cada semestre por los referidos doctores, así como por Fortunato Cuamatzin Bonilla, también integrante de su comité tutor. 

En oficio dirigido al Director de Investigación de la UPN, acusa no haber recibido la asesoría y orientación necesaria, ya que en las entregas de sus avances vía correo electrónico no recibió respuestas que ayudaran a mejorar su trabajo en tiempo y forma. 

Por mérito propio ha sido asesora técnica de la Dirección General de Educación Indígena para la elaboración de libros en lengua totonaca, su lengua originaria. Realizó la compilación y recopilación de los textos del libro Xnaku xla pukakni El corazón de la pirámide, para niños, en lengua totonaca de Puebla.

Además, realiza un trabajo destacado como profesora de educación indígena en la UPN de Zacatlán y es instructora de múltiples cursos de capacitación y actualización para maestros de educación indígena.

Cresencia Rodríguez es una de las pocas mujeres indígenas que logró ingresar a este nivel de estudios en Puebla y en México; además, cuenta con una beca comisión para estudios de posgrado de parte de la SEP.

Quienes la evaluaron son Javier Téllez y Fortunato Cuamatzin, contratados por 40 horas en la UPN de Puebla y 40 horas en la UAP; tienen dos contratos de tiempo completo al mismo tiempo, trabajan 16 horas diarias para cubrir sus respectivos horarios en ambas instituciones. Situación de la que se presume su falta de atención y seguimiento a la investigación de la profesora discriminada de origen indígena.