A huevazos, en medio de insultos y con pintura aventada, fue corrido del zócalo de la ciudad el autobús Libertad de Citizen Go, por activistas de la comunidad LGBTTTI en Puebla.

La confrontación entre ambos grupos extremos terminó en un conato de bronca, con la llegada de dicho autobús que promueve a la familia tradicional y rechaza matrimonios igualitarios y a personas transgénero.

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Estas posturas fueron calificadas por los grupos Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros, Travestis, Transexuales e Intersexuales (LGBTTI) como homofóbicas y que fomentan la violencia en contra de su sector.

 


 

No es la primera vez que son rechazados de algún lugar, la unidad fue vandalizada en Boca del Río, Veracruz, durante la madrugada y en las inmediaciones del hotel donde se hospedaban los integrantes del movimiento anti-gay.

El recorrido del autobús en Puebla preveía, desde las 7 horas de este lunes, paradas en el Instituto México, Campus San Pedro; Colegio Ángeles, Benavente, Pereyra, todos católicos.

También recorrería espacios públicos como las inmediaciones de Plaza Dorada, Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, Puente de Ovando, Catedral, Paseo Bravo y zócalo. Pero ante el ataque todo fue suspendido por seguridad.

El rechazo

El rechazó contra la llegada del autobús que recorre el país se empezó a registrar desde la escuela Benavente en la 25 Oriente a 12 cuadras del centro de la ciudad.

Pero al llegar a un costado del zócalo, la protesta se agudizó, no solo al no dejar bajar del vehículo a los integrantes del Consejo Mexicano de la Familia ABP, sino a empezar a vandalizar el autobús.

De este modo, al grito de “¡lárgate, homofóbico!”, los integrantes LGBTTTI primero aventaron pintura roja al camión, al señalar que gracias a estas posturas han asesinado a decenas de personas solo por su preferencia sexual.

Asimismo, se colocaron carteles en sus ventanillas y parabrisas de clausurado, así como cintas amarillas de “no pase, peligro”, todo al ritmo de un tambor que tocaba una de las manifestantes.

A los pocos minutos, ante la protesta de menos de 50 integrantes, algunos y algunas con rostro cubierto y cabelleras multicolores, llegaron alrededor de diez policías municipales, en su mayoría turísticos, para tratar de que el camión se retirara.

Ahí empezaron a decirle a los uniformados que en estos casos si se presentan, pero jamás lo hacen cuando hay ataques a la comunidad LGBTTTI.

"Prefiero ser madre lesbiana a hipócrita puritana”, señalaba una pancarta portada por una mujer con el rostro cubierto con un pasamontaña de color rosa mexicano.

“Asesinos de mujeres” eran parte de las consignas contra los tripulantes, mientras con la pintura roja tapaban la frase “¡Dejen a los niños en paz! #ConMisHijosNoSeMetan” colocada a un costado del autobús de la Libertad.

Así empezó un fuerte forcejeo en el que los uniformados se vieron rebasados sin ninguna estrategia, por lo que ante sus ojos empezaron a arrojar huevos al camión.

La otra parte

Mientras tanto, adentro los tripulantes y el chofer del autobús de la libertad, veían con temor el ataque, mientras nuevamente la policía se replegaba, buscando sacar al camión del primer cuadro.

En breve entrevista desde una de las ventanillas, Juan Dabdoub, presidente del Consejo Mexicano de la Familia, indicó que no se puede pedir tolerancia sin tolerancia.

¿Cómo ve la situación?

Mira, la verdad es que no son gente representativa de la comunidad LGBTTTI, son un grupo de fanáticos que están desquiciados. No es posible que pidan tolerancia y lo primero que hacen ellos es no tolerar, agredir, no me imagino yo si voy y les mancho la ropa a estas personas, si los insulto, sino los dejo circular por las calles, el escándalo que hacen”, dijo.

De este modo solicitó seguridad al gobierno de Puebla, en su estancia en la entidad, al tiempo de interponer una denuncia ante la Fiscalía General del Estado, por los actos que calificó como vandálicos. “Creo que el gobierno no previó esta situación”, dijo.

Posteriormente, el camión se tuvo que echar de reversa una calle, sobre la 2 Sur, hasta avenida Juan de Palafox de Mendoza, donde los policías turísticos agarrados de los brazos, trataban de impedir que siguieran los ataques.

En esos momentos los manifestantes, lo persiguieron corriendo al autobús, que al llegar a avenida Juan de Palafox, finalmente aceleró, siempre con el riesgo de atropellar a alguien.