Grupos de manifestantes en Hamburgo se enfrentaron hoy con la policía, prendieron fuego a vehículos y atacaron infraestructura municipal mientras la canciller alemana, Angela Merkel, inauguraba oficialmente la cumbre G20 de dos días.

Cientos de manifestantes intentaron entrar por la fuerza a áreas acordonadas por las autoridades, conocidas como la "zona de alta seguridad", para alterar el programa del primer día de reuniones entre líderes internacionales.

Los manifestantes prendieron fuego a autos en varios lugares de la ciudad, mientras que otros bloquearon un cruce en el puerto de la ciudad.

Alrededor de 19.000 oficiales de policía fueron desplegados para garantizar la seguridad de los dignatarios que asisten a la cumbre. Varios helicópteros de la policía sobrevuelan Hamburgo y está vigente una prohibición a reuniones públicas en algunas partes de la ciudad hasta que concluya la cumbre el sábado a las 17:00 hora local (15:00 GMT).

La policía federal reportó un ataque incendiario en una de sus estaciones en el distrito de Altona, donde los manifestantes lanzaron una bomba incendiaria y causaron daños a tres vehículos de la policía.

La información policiaca señala que varios cruces en el interior de la ciudad están bloqueados. La policía rodeó a unos 200 manifestantes que pretendían bloquear los caminos de acceso a la cumbre e infiltrarse en la zona de alta seguridad. El grupo advirtió a las autoridades de "desobediencia masiva, anunciada y pública".

La policía utilizó mangueras de agua contra manifestantes en una de las calles designadas para el recorrido del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacia la cumbre.

Además, más de 1.000 personas vestidas de blanco y púrpura se reunieron en los embarcaderos de la ciudad y gritaron "Váyanse, váyanse".


Reportan agresiones policíacas

Los testigos mencionaron que la policía atacó a los participantes en la manifestación con porras.

En el área Berliner Tor también se reportaron enfrentamientos entre 200 manifestantes y la policía. Un miembro de la policía describió la situación como "muy dinámica".

Los manifestantes causaron embotellamientos pues los camiones no pudieron entrar al puerto. Esta mañana, hubo un bloqueo temporal de vías de tren que provocó muchos retrasos hasta que la policía retiró a los manifestantes de ellas.

Las manifestaciones de hoy fueron el segundo día de enfrentamientos entre manifestantes y las autoridades alemanas. La noche del jueves, una manifestación llamada "Bienvenidos al infierno" causó grandes daños materiales en el distrito de Altona y dejó a 111 oficiales de policía y a varios manifestantes heridos.

 Un total de 29 individuos fueron arrestados, señaló hoy una miembro de la policía. Aunque ella no pudo decir exactamente cuántos manifestantes resultaron heridos, la cifra posiblemente sea alta y algunos sufrieron heridas graves.

El sindicato de la policía GdP (Gewerkschaft der Polizei) defendió el uso de la fuerza por parte de las autoridades en la manifestación "Bienvenidos al Infierno".

El director de GdP, Oliver Malchow, declaró hoy en la estación de radio alemana Deutschlandfunk que las fuerzas de seguridad tuvieron que garantizar el derecho a reunión pacífica y evitar que los individuos cometieran delitos.

El policía Timo Zell dijo a la radio que la situación había amenazado con salirse de control y mencionó que 3.500 personas en la manifestación habían anunciado su intento de usar la violencia para transmitir su mensaje.

De acuerdo con Zell, la policía negoció con los manifestantes enmascarados durante 45 minutos antes de ser atacada con botellas, barras de hierro y tejas de techos. Zell dijo que "jamás había visto algo así" en su carrera, y describió a la intervención policiaca subsecuente como "sin alternativa".

La policía reportó hoy un ataque incendiario contra una concesionaria de autos Porsche en el que 12 vehículos resultaron dañados la noche del jueves. Las investigaciones de la policía al respecto continúan.