La escalada verbal entre Estados Unidos y Corea del Norte, el país más sancionado del mundo por su carrera nuclear, pasó de nivel este martes. El presidente, Donald Trump, respondió a las últimas amenazas del régimen de Pyongyang con una declaración arrebatada: "Será mejor que Corea del Norte deje de amenazar a Estados Unidos", dijo a la prensa desde su retiro vacacional en Bedminster, Nueva Jersey, "o se encontrará con una furia y un fuego que el mundo jamás ha visto".

Corea del Norte ha dicho palabras gruesas en los últimos meses, como cuando el embajador de Pyongyang ante la ONU, Kim In Ryong, espetó el pasado abril que "la guerra termonuclear" podía empezar "en cualquier momento".

Unos minutos antes de las palabras de Trump, The Washington Post publicaba que Corea del Norte ha desarrollado una cabeza nuclear en miniatura que puede colocarse en sus misiles, lo que supone un salto cualitativo en esa escalada armamentística que cada vez preocupa más a la comunidad internacional.