Idelfonso Guajardo, Secretario de Economía, asevera que México es parte de la solución a la competitividad en América del Norte, no el problema; rechaza modificar reglas de origen de autos.

"Si no ganamos los tres países, no habrá acuerdo: Guajardo; el tratado ha fallado para los estadunidenses y no queremos más déficit: Lighthizer

Los gobiernos de México y Estados Unidos tuvieron su primer roce en el inicio de la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), en la que también participó el de Canadá.

El alza de salarios y la producción de autopartes fueron algunos puntos controversiales.

El representante de Comercio Exterior de EU, Robert Lighthizer, expuso que  el TLC ha fallado porque han perdido 700 mil empleos, también planteó que sus socios comerciales eleven los salarios de los trabajadores para evitar una competencia desleal y recordó que no quieren más déficit comercial y que necesitan que haya más piezas de EU en autos producidos en la región.

Ildefonso Guajardo aseguró que si el nuevo tratado no funciona para los tres socios bajo el esquema de “ganar, ganar, ganar”, no habrá acuerdo.


Pidió no confundirse porque el primer reto es hallar el punto medio entre intereses comunes y aseguró que México está listo para analizar balances comerciales siempre que se trate de expandir el comercio.

Guajardo agregó que la mejora del salario mínimo no se negociará debido a que es un asunto de política interna.

El primer día de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) trajo los primeros diferendos entre la delegación mexicana y Estados Unidos.

Robert Lighthizer, representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, dijo que al gobierno de Donald Trump no le interesan cambios menores o “retoques”, “que ha fallado a muchos estadunidenses y necesita importantes mejorías”.

Señaló que el tratado ha provocado el desplazamiento de más de 700 mil empleos estadunidenses y déficits comerciales crónicos con México y Canadá.

Como parte de los temas de agenda de la renegociación del TLCAN, la administración Trump insistió en la importancia de mejorar las condiciones laborales, sin mención explícita a México, adoptando estándares internacionales en materia de salarios mínimos, horarios laborales, seguridad y salubridad, así como procesos judiciales justos.

Necesitamos asegurar que los enormes déficits comerciales no continúen y que tengamos un equilibrio y reciprocidad. Esto debería ser revisado periódicamente”, afirmó.

Lighthizer recordó que Washington ha pedido reiteradamente que haya más piezas estadunidenses en autos producidos en la región, la mayor fuente de un déficit comercial de 64 mil millones de dólares de bienes de Estados Unidos con México el año pasado.

El déficit comercial, especialmente con México, ha sido uno de los ejes de las críticas del presidente Trump a un acuerdo que ha descrito como un “desastre”.

Si bien Estados Unidos reconoció que los tres países asumen que el acuerdo, en vigor desde 1994, debe ser “modernizado y actualizado”, Lighthizer rápidamente añadió que no vale con que sea “retocado”.

Después de la modernización, es cuando comienza el trabajo duro”, sostuvo en una comparecencia en la que estuvo acompañado por el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, y la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland.

Acuerdo exitoso

En respuesta a lo dicho por  Lighthizer, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, afirmó que “para que un acuerdo sea exitoso tiene que funcionar para todas las partes involucradas. De otra forma, no es un acuerdo.”

En conferencia de prensa, manifestó que no se trata de romper aquello que ha funcionado, sino, por el contrario, de “mejorar nuestro acuerdo”.

Subrayó que la mejora del salario mínimo de los mexicanos no forma parte de las negociaciones del TLCAN, pues es un tema de política interna.

Eventualmente reflejará (el tema salarial) las condiciones de cada uno de los actores; hablamos de que se ha vigorizado una política de diálogo permanente, pero no forma parte de las negociaciones”, subrayó.

Demandó no confundirse, porque el primer reto es encontrar el punto medio entre intereses comunes para los tres países y recordó que México es parte de la solución no el problema en la competitividad en América del Norte.

Eso puede ser un proceso difícil, sin duda, pero estoy convencido de que los beneficios que podremos lograr para nuestros países justifican ése y cualquier esfuerzo para Norteamérica”, agregó.

Guajardo dijo que la primera ronda de negociaciones  para modernizar el TLCAN, que concluirá el domingo, debe producir un documento general que servirá de base para las discusiones de los próximos encuentros.

Señaló que nada de lo que dijeron sus contrapartes en sus discursos iniciales fue “una sorpresa”, y agregó que esperan que “la renegociación del TLCAN sea un proceso constructivo”.

Sobre la intención del representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, de “asegurar que los enormes déficits comerciales no continúen”, Guajardo dijo que México está listo para analizar los balances comerciales entre los tres países,” siempre que cualquier esfuerzo se traduzca en una expansión del comercio”.

El secretario adelantó que así como incluir un capítulo sobre pequeñas y medianas empresas puede resultar positivo para los tres países, un punto polémico será la posibilidad de que Estados Unidos busque incorporar reglas de origen específicas por país, como por ejemplo en el tema automotriz:  “No es una buena idea”.

Dijo que no sería beneficioso introducir tales rigideces dentro del proceso industrial y que no sería bueno ni para empresas mexicanas ni para estadunidenses.

Sobre el Capítulo 19 establecido en el TLCAN para resolver controversias, que Estados Unidos aspira a reformar y al cual Canadá supeditó su permanencia en el acuerdo, Guajardo señaló que “todos los temas respecto al mecanismo del Tratado de Libre Comercio para resolver controversias deben mejorar la certidumbre”.