Ante los robos de víveres y medicamentos que se han registrado cuando los voluntarios los trasladan a las zonas arruinadas por el terremoto de 7.1 grados Richter que violentamente sacudió a Puebla el pasado martes 19, Luis Banck exigió dejar caer todo el peso de la ley sobre los rateros.

“Esta situación me indigna y, que haya personas, que ante la tragedia tengan el descaro de robar víveres a quienes más lo necesitan, le robaron tres veces: al que donó, al que iba a recibir, a todos los que están participando a las tareas de acopio. (Esas personas) no tienen…  ya saben que no tienen”, subrayó.

En ese marco, el secretario de Seguridad Pública y Tránsito Municipal,  Manuel Alonso García destacó el robo de una  camioneta que transportaba diferentes comestibles y medicinas en la colonia Nueva Antequera, precisando que el objetivo del atraco era para usar este transporte para robo de combustible.

“Fue un vehículo robado por los temas que ya conocemos de probable transporte de otros vehículos robados”.

En contraparte puntualizó que a tres días del temblor no han existido ni un solo saqueo a viviendas o edificios afectados.

“En esto tres días no hemos tenido sucesos de saqueos y robo, pero se ha hecho un extraordinario trabajo, tenemos el apoyo de los cadetes que han salid a la calle y estaremos atentos; tenemos hasta el apoyo también policía del estado de Guanajuato y es un tema de solidaridad”.

Los más dañados

El museo de El Alfeñique, los templos de San Francisco y Santa Clara, además de las casas de la 5 de Mayo y Portal Hidalgo y Portal Morelos y 3 Oriente, indicó el gerente del Centro de Histórico, Sergio Vergara Berdejo.

Detalló que las cuadrillas ya están realizando los trabajos de apuntalamiento y troquelamiento no solo de esas casas sino de otros inmuebles para evitar cualquier tipo de incidentes

Recordó que aún los especialistas no concluyen las labores de evaluación der los tres mil 600 edificios ubicados en el centro histórico, pero destacó que se han supervisado mil 200 de ellos.

Puntualizó  de 94 inmuebles tienen la etiqueta de “están en rojo”  y en contraparte otros ya reabrieron sus puertas.

Adelantó que en los próximos días se reunirá con peritos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) par a entregar los expedientes de los inmuebles dañados del corazón de Puebla y solicitar así los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) “que ya están listos, solo se necesita la entrega de documentos”.

La parte complementaria, dijo, es evaluar cuánto costará la intervención, “sacar el daño y mandar el presupuesto al Fonden para que ellos hagan la parte de la conservación de los inmuebles, pero al parecer no hay presupuesto suficiente, pero de alguna parte se obtendrá.

Indicó que la consolidación de los inmuebles debe ser rápida para mantener el mayor número de elementos originales y más necesarios, para posteriormente realizar los trabajos de inyecciones de grietas.

Indicó que parte de la iniciativa privada está apoyando con materiales como madera, polines y con algunos trabajadores.

Falsos supervisores

Al referirse a algunos vivales que quieren lucrar con la revisión de casas para rehabilitarlas, el director de Protección Civil municipal de Puebla, Gustavo Ariza Salvatori aseguró que no son rateros que quieran llevarse algo de los domicilios, pero sí personas que buscan hacer negocio con los trabajos que se tengan que realizar.

Pidió a los moradores de esas casas no caer en el juego de esas personas y llamar a Protección Civil a través de las redes sociales para que realicen las labores de supervisión.

En ese marco preventivo, indicó, que existen 12 familias de la unidad habitacional San Jorge que ya fueron desalojadas del edificio en el que habitaban porque sus viviendas tienen daños importantes, pero lamentó que en el centro histórico habitantes se resisten a abandonar sus viviendas dañadas.

Compartió que al principio se evacuaron a 80 personas del primer cuadro de la ciudad, pero la cifra disminuye porque al realizarse la inspección total de las casas se demostró que no tienen daños graves.