Los fieles se santiguaron ante las reliquias del Beato juan de Palafox y Mendoza, durante la celebración en honor al siervo bueno y fiel, al Obispo cuya memoria con el correr de los años no se ha perdido sino que ha quedado grabada para siempre en el corazón de Dio, en la milenaria historia de la Iglesia y en la de los poblanos.

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Como recuerda las santas escrituras: “Dios derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”.

La vida de un Obispo libremente pobre, sabio donde los haya habido, de recta conciencia y de obrar intachable, “luminosa figura de Obispo del siglo diecisiete en Puebla, México y España, hombre de vasta cultura y profunda espiritualidad, gran reformador, pastor incansable y defensor de los nativos mexicanos y la ciudad de Puebla de Los Ángeles Puebla”, como lo definió el Papá Benedicto XVI el día de su Beatificación recordaron los sacerdotes durante la homilía de la misa, realizada en el santuario Guadalupano que presidió el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa. 

Pocas vidas como la de Palafox de Mendoza impresionan a creyentes y a los no creyentes, y deben ser espejo donde nos miremos para sanar las enfermedades que flagelan el corazón del hombre de hoy y la entraña de aquellas sociedades que han olvidado a Dios, se escuchó en el santuario mariano del Seminario Palafoxiano de Puebla. 

Juan de Palafox es uno de los personajes más singulares de la historia de la santidad, porque en su vida experimentó la gloria de las cargas más elevadas y la humillación de la desgracia y el aislamiento, que acogió con fe heroica y con auténtico espíritu cristiano.

El arzobispo Víctor Sánchez fue muy claro al destacar que el Obispo poblano fue brillante y poliédrico, en él “encontramos” al Obispo preocupado del bien espiritual de los fieles, al virrey de la nueva España ocupado en la buena administración, al pensador político, al escritor fecundo, al mecenas de las artes y al defensor de los poblanos.

Durante la homilía se conoció que el beato Palafox de Mendoza llamó la atención de las personas de su tiempo por la claridad de sus actitudes frente a los acontecimientos que le tocó vivir y por los contrastes que se dieron en su vida; porque teniendo todas las posibilidades de vivir como un gran señor se hizo pobre con los pobres y por los pobres.

Juan de Palafox pudiendo vivir lleno de comodidades optó por la pobreza en vida; porque siendo Obispo no utilizó nunca su cargo para rebajar a nadie sino para acercar a todos a Dios con su discurso cálido y entrañable, con su forma de ser sencilla y acogedora.

“El beato fue un auténtico modelo para los hombres y mujeres de su tiempo, no es una reliquia del pasado incapaz de ser testimonio y llamada para nosotros, al contrario, Juan de Palafox sigue siendo hoy un modelo humano  de total actualidad”.

Agradece Arzobispo

El arzobispo Víctor Sánchez agradeció al presidente Enrique Peña Nieto, al alcalde Luis Banck, Serrato, al gobernador Tony Gali, al subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri, a los regidores y a los magistrados la ayuda hombro a hombro que mantienen con los miles de damnificados que dejó el terremoto del 11-S en 112 municipios de la entidad, principalmente en la zona de la Mixteca, Atlixco y en todos los lugares por muy pequeños que se noten en el mapa poblano.

Sánchez Espinosa destacó que los miles de damnificados a pesar del gran dolor que sufren por la pérdida de su patrimonio están echados para adelante porque quieren salir de la mala situación que viven momentáneamente.

El arzobispo agradeció también a los locatarios de la Central de Abasto y a los empresarios por regalar alimentos y toda clase de víveres para “nuestros hermanos necesitados”.

A la celebración, asistieron el subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri; el secretario del ayuntamiento, Mario Riestra; el presidente de la Canaco, Rafael Herrera, los delegados de Conagua, Alberto Jiménez Merino y del Trabajo y Prevención Social, Vanessa Barahona de la Rosa.