Para controlar y eficientar las acciones direccionadas para el saneamiento del río Atoyac debe conformarse un organismo autónomo colegiado que fiscalice y distribuya los recursos de la administración federal, estatal y municipios, enfocados a  esta tarea, destacaron especialistas de la Ibero Puebla y Dale La Cara al Atoyac. 

Durante la presentación de una investigación conjunta sobre la situación del caudal que atraviesa 22 municipios de la entidad y el peligro de contaminación que representa, los especialistas mencionaron que, hasta el momento, se han destinado 11 millones de pesos y nueve millones de más para prevenir incendios.

La presidenta de Dale La Cara al Atoyac, Melanie Gabriel Camacho, reveló que de las cuatro propuestas entregadas al gobierno estatal, que comprenden el diagnóstico de los 22 municipios que conforman la cuenca, fortalecimiento CEAS PUE, creación de un fideicomiso y fábricas de agua, ninguna de ellas se ha concretado en su totalidad.

Gabriel Camacho reiteró que los recursos encaminados para sanear la cuenca son pocos para mejorar la calidad del agua que continua siendo bombardeada por empresas de diferentes giros comerciales asentadas en Puebla y en todos los municipios donde pasa el río.

La dirigente de la organización acentuó que la alerta de la afluente se mantiene en semáforo rojo porque no se ha bajado ningún porcentaje en sus niveles de contaminación, mientras lamentó el poco compromiso de las autoridades para transparentar la lista de las empresas que contaminan el río.

Recordó que durante el tercer mes de este 2017, de las 23 plantas tratadoras visitadas, solo estaban trabajando 12 y únicamente ocho cumplen con la norma establecida por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

En ese marco, el Cabildo reguló las descargas residuales de comercios e industrias que realizan al río Atoyac, en la sesión del pasado 13 de septiembre. Además, los regidores aprobaron modificar el Código Reglamentario Municipal (COREMUN) para que se controlen los residuos contaminantes que circulan por la red de drenaje municipal.

Puebla, la cuarta ciudad con menos agua

Puebla capital es la cuarta ciudad a nivel nacional en la que conviven más de 1.5 millones de habitantes, sin embargo, la demarcación está etiquetada con  baja disponibilidad en consumo de agua, que se agudiza con un déficit para atender las necesidades de uso urbano.

La directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) de la Ibero Puebla, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, destacó que la metrópoli también  enfrenta una creciente demanda de agua que deriva en la calidad del recurso, gestión de los servicios y los niveles de la calidad de vida de la población, que se traduce en descontento social.

Ibarrarán Viniegra destacó que  todos esos factores se suman la degradación y contaminación ambiental de la cuenca del  río Atoyac. 

La problemática del agua, subrayó, no se reduce a soluciones técnicas, a la escasez o al aumento en la demanda del líquido, sino a la exclusión que provoca la pobreza, la desigualdad y el inadecuado modelo de gestión y manejo del agua al amparo del estado, orientado a intereses ajenos a los de las grandes mayorías. Por lo tanto, destacó que en México no se cumple con la garantía constitucional del derecho humano al agua.

María Eugenia Ibarrarán  resaltó que en el país la calidad del agua está comprometida, por lo que   no se garantiza el suministro para atender las demandas de la población, asimismo, declaró que la poca cantidad de agua entregada por las tuberías municipales no cumple con los parámetros de calidad necesarios para el consumo humano.

La académica  insistió la urgencia de investigar el origen, lógica y forma de operar de los modelos de gestión de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento para identificar las opciones viables, desde una perspectiva social, incluyente, participativa y sustentable.

Ante ese tipo de inconsistencias, el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga (IIMA) y Dale la Cara al Atoyac realizaron un convenio de colaboración, celebrado en mayo de este año, con la finalidad de generar estrategias para determinar las condiciones pasadas y actuales de la cuenca del río Atoyac  y cómo se desarrollará negativamente si se mantiene la tendencia.