Miles de personas salieron a las calles de Brasil, convocadas por los sindicatos, para exigir la revocación de parte de la reforma laboral aprobada por el Congreso en julio pasado y que entra en vigor mañana sábado.

En Sao Paulo, miles de trabajadores protestaban en el centro de la ciudad con pancartas, acompañados por automóviles con altavoces y globos de colores.

Queremos construir algo equilibrado. Esa reforma es esencialmente empresarial. Son 117 artículos que representan intereses empresariales. No tenemos nada en contra de los empresarios, pero no hay ningún artículo con un enfoque o una mirada sindical", dijo durante un discurso el presidente de la Unión General de los Trabajadores, Ricardo Patah.

Patah denunció que la nueva ley incluye artículos que "quitan derechos a los trabajadores y deterioran la relación entre capital y trabajo".

Entre los puntos considerados más problemáticos, Patah mencionó el trabajo intermitente y el fin de la validación de los despidos por parte de los sindicatos.

En el mismo acto también habló el presidente de la Central Unica de los Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, quien se mostró esperanzado de que las manifestaciones puedan para lograr cambios en la legislación.

Creo más que nunca que es posible construir una gran huelga. Ya hicimos una con 35 millones de personas. Podemos hacer otra", declaró en referencia al paro que realizaron los trabajadores en abril de este año.

En Río de Janeiro, una manifestación cerca de la alcaldía contó con la participación de trabajadores, desempleados y personas sin techo que protestaban por el derecho a "jubilarse y trabajar con dignidad", explicó Luiz Sérgio, miembro de la dirección ejecutiva de la Central Sindical Popular.

Los trabajadores de los puertos hicieron un acto en la zona portuaria la mañana de este viernes y aplican una "operación tortuga" a lo largo del día, informó Walter de Paula Hijo, director del sindicato portuario.

En la capital Brasilia, unas 150 personas asistieron la mañana de este viernes a una manifestación organizada por la Central Única de los Trabajadores, aunque se prevé una gran manifestación a última hora de la tarde que debe reunir miles de personas.

La reforma de la ley laboral es uno de los paquetes de ajuste fiscal propuestos por el gobierno para intentar sanear las maltrechas cuentas públicas y salir de la peor recesión de la historia del país, en 2015 y 2016, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) nacional cayó más de 7 por ciento.

La nueva ley es duramente criticada por los sindicatos y los partidos opositores al gobierno del presidente Michel Temer, que alega que la reforma flexibilizará una legislación de la década de los 40 que dificulta las contrataciones y que ayudará a generar empleo y a tener una recuperación de la economía tras dos años de profunda recesión.