El pintor y dibujante Philip Bragar falleció este sábado 16 de diciembre a los 92 años de edad. Nacido el 10 de mayo de 1925 en la Ciudad de Nueva York, llegó a México en 1954, convirtiéndose en su lugar de residencia donde desarrolló más de 3 mil obras.

Philip Bragar jugaba a decir que dibujaba con los ojos cerrados, pues aseguraba que el resultado tenía que ver con lo que su alma quería expresar.

“Creo que a lo largo de su carrera hizo mucho más, tan sólo de dibujos tiene como 10 mil. Fue sumamente prolífico y ha sido un honor ser su hijo por su enseñanza, honestidad y amor al arte, al ser una persona que se atrevió a hacer lo que quería y haciéndolo de corazón”, aseguró en entrevista con la Secretaría de Cultura, el hijo del artista, Víctor Bragar.

Recordó que su padre fue veterano de la Segunda Guerra Mundial y que siempre agradeció nunca haber estado en combate. “Después de eso hizo un recorrido a caballo por todo el país hasta Centroamérica y fue cuando conoció nuestro país y dijo: si un día decido ser artista, vendré a México y así fue”, expresó.

“Nunca necesitó ir a museos europeos, dijo que México era su lugar y decidió quedarse. Apreciaba todo, el color, la calidez de las personas, la comida, los aromas, los mercados públicos, el campo”.

De 1954 a 1959 estudió en la Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado, La Esmeralda. El pintor, dibujante, escultor y grabador incursionó en el uso de varias técnicas y procesos como acrílico, acuarela, óleo y escultura de madera, realizando los cortes sobre las placas de forma manual, así como también la impresión, monotipos y tintas.

Su obra se encuentra en diversas colecciones institucionales en México, Estados Unidos y Europa. El 13 de mayo de 2015, el Instituto Nacional de Bellas Artes organizó un homenaje para celebrar su trayectoria y celebrar sus 90 años de vida, acto en el que además le entregó un reconocimiento. 

El festejo incluyó la creación colectiva de un políptico en el que participaron más de 100 creadores mexicanos como Alberto Castro Leñero, Gabriel Macotela, Francisco Toledo, Alejandro Arango y Sebastián, además de un reconocimiento que fue entregado el 13 de mayo de ese año en el Palacio de Bellas Artes.

Philip Bragar supo plasmar la existencia humana de múltiples maneras, reflejando su entorno, así como su contexto cotidiano en la sociedad urbana y rural.

El color y la forma fueron el vehículo en el que afloró la fuerza de su característico expresionismo plasmado en sus diversas pinturas al óleo y acuarelas.

“El dibujo es una manera de ver y sentir y más importante, lo que siente tu corazón”, decía el propio artista, quien consideraba a la plástica como una manera de expresión en la que se utiliza la mente y el cuerpo.

Philip Bragar realizó diversas exhibiciones individuales, colectivas y privadas, entre las que se encuentran las del Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno y el Museo Universitario Contemporáneo de Arte, MUCA de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Fue parte del Salón Independiente donde participó en todos sus eventos y exposiciones en el país. También en el ámbito académico impartió clases de arte a nivel universitario, así como conferencias y mesas redondas. 

“Su corazón siempre estuvo abierto para ayudar a todos, niños, jóvenes, adultos, grupos de artistas, no conocedores del arte”, agregó su hijo Víctor Bragar.

El trabajo de quien fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca forma parte de varios libros. Es el caso de la colección Cuadernos de autor, coeditado por la Dirección General de Publicaciones (DGP) y La Cabra Ediciones cuyo primer volumen está dedicado a Philip Bragar.