Una tormenta tropical en Filipinas provocó deslizamientos de tierra e inundaciones que provocaron la muerte de más de 100 personas y decenas de desaparecidos, dijeron la policía y autoridades el sábado.

Las muertes de las víctimas se produjeron en su mayoría en la isla de Mindanao, en el sur del país, indicaron los funcionarios.

“Muchas personas fueron arrastradas al mar cuando las corrientes subieron rápidamente por la marea alta", dijo Manuel Luis Ochotorena, funcionario de la agencia de desastres del país. "Nunca atendieron a las alertas. Pensaron que era una tormenta débil pero provocó más precipitaciones".

Cientos de kilómetros al este, trabajadores de emergencia y efectivos del ejército revisaban reportes de que una localidad entera quedó enterrada por un deslizamiento de tierra en el municipio de Tubod, en la provincia de Lanao del Norte.

Ryan Cabus, funcionario de Tubod, dijo que las líneas de electricidad y comunicación en el área habían sido cortadas, complicando las labores de rescate.

La agencia meteorológica dijo que la tormenta se fortaleció en el Mar de Sulú con vientos de hasta 80 kilómetros por hora y avanzaba al oeste a 20 kilómetros por hora. La tormenta se dirigía hacia el mar a mediodía del sábado y se habría alejado de Filipinas para el lunes, agregó la institución.

Trabajadores de emergencia, soldados, policías y voluntarios fueron movilizados para buscar supervivientes, eliminar escombros y restablecer la energía y las comunicaciones.

Se reportaron más de 100 muertes en varios lugares, incluyendo 60 en Tubod, El Salvador y Munai en Lanao del Norte. En la provincia de Zamboanga del Norte, la policía dijo que 42 personas habían muerto en las localidades de Sibuco y Salug.

Tres personas murieron en la provincia de Bukidnon, donde autoridades de Lanao del Sur dijeron que 18 personas se habían ahogado en las inundaciones. El balance de desaparecidos ascendía a 64, según un recuento de informes de funcionarios y policías.

Filipinas sufre el azote de unos 20 tifones al año que provocan muerte y destrucción generalmente entre las comunidades más pobres del país del sudeste asiático. La semana pasada, 46 personas murieron en el centro del país.