El embajador de Estados Unidos en Panamá, John Feeley, un diplomático de carrera y expiloto de helicópteros del Cuerpo de Marines, renunció al cargo.

Asimismo, informó al Departamento de Estado que ya no se siente capaz de trabajar con el presidente Donald Trump.

Como funcionario del servicio exterior firmé un juramento para servir fielmente al presidente y su gobierno de una manera apolítica, incluso si no estoy de acuerdo con algunas políticas", expresó Feeley, según un extracto de su carta de renuncia.

Mis instructores me dejaron en claro que si creía que no podía hacerlo tendría que renunciar. Ese momento ha llegado”, agregó.

Feely no sólo deja su cargo como embajador en Panamá, sino que además se jubila del servicio exterior, en el que tiene una larga carrera.

Por su parte, la cadena NBC, al citar fuentes del Departamento de Estado que confirmaron la dimisión, reportó que Feeley no se sentía ya confortable en continuar sirviendo para Trump, siendo el primer diplomático en renunciar por los comentarios del mandatario.

Una portavoz del Departamento de Estado confirmó la partida del diplomático y añadió que él informó a la Casa Blanca, al Departamento de Estado y al Gobierno de Panamá de su decisión de retirarse por motivos personales a partir del 9 de marzo de este año.

A partir del 9 de marzo, la ministra consejera de la embajada de EU, Roxanne Cabral, asumirá como embajadora en Panamá hasta que el reemplazo sea designado.

Feeley, quien, en febrero de 2016, bajo el mandato del demócrata Barack Obama, presentó sus cartas credenciales como embajador de su país en Panamá, cuenta con 35 años de servicio público como oficial del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y como diplomático del Departamento de Estado.

La última tormenta política de la Casa Blanca de Trump estalló ayer por la tarde cuando el diario The Washington Post, citando a dos fuentes conocedoras de esas conversaciones, publicó que el presidente se había referido a El Salvador, Haití y los países africanos como "agujeros de mierda".

El magnate negó hoy en varios mensajes de Twitter haber usado esa expresión, aunque sí admitió que el lenguaje que empleó fue duro.

Sin embargo, el senador demócrata Dick Durbin, que estaba allí cuando Trump hizo esas afirmaciones, aseguró que el mandatario sí dijo esas palabras.