Grandes rascacielos y estructuras verticales se erigen como sello de las principales capitales del mundo y, pese a que edificarlos supuso la eliminación de ecosistemas y estilos de vida, pocos reparan en el riesgo que constituye la hiperpavimentación y la hiperconstrucción, pero también sobre la presencia de nuevas y amenazantes prácticas, como el fracking.

La tierra bajo nosotros, del autor Paul Bogard, publicado en Crítica, es un llamado a replantear el futuro que quiere la humanidad porque, de seguir construyendo al ritmo de las últimas décadas, está prácticamente condenada a morir sepultada bajo toneladas de concreto.

El autor hace un análisis de lo que ocurre en urbes como Manhattan, Londres, Virginia del Norte y Ciudad de México, que es un ejemplo de lo amenazante que resultan las megalópolis, ya que en solo medio siglo se ha hundido más de nueve metros, como resultado de los 21 millones de habitantes que tiene, las toneladas de concreto que soporta y la extracción indiscriminada de agua del subsuelo.

“El problema es que la moderna Ciudad de México sigue absorbiendo 70% de su agua potable de los acuíferos por debajo de sus calles, y a un ritmo insostenible. Se saca dos veces más agua de la que entra, y los científicos aseguran que el acuífero está ahora en peligro de colapso”, escribe Bogard, tras entrevistar a especialistas en diversos puntos del planeta.

Pero además de ese problema con el líquido, Bogard ofrece un análisis sobre algunos de los retos que tienen los habitantes de la Ciudad de México, que prácticamente han quedado aislados de la naturaleza y de todos los beneficios que esta ofrece.

El autor también se refiere a la poderosa industria del petróleo y a la cada vez más utilizada práctica del fracking que va fracturando y destruyendo el subsuelo.

“La industria del petróleo y el gas afirma que no hay peligro de contaminación por los pozos de inyección (o por derrames en la superficie), pero muchos no están tan seguros. En diez o cien años vamos a descubrir que la mayor parte de nuestras aguas subterráneas están contaminadas”.

Sobre el autor

Paul Bogard (Minnesota, Estados Unidos): Escritor, ensayista y editor. Sus escritos han aparecido en forma impresa y en línea en Los Angeles Times y National Geographic, entre otros. Creció viendo las estrellas y la luna de un lago en la parte norte de su estado. Ha vivido y enseñado en Nuevo México, Nevada, Wisconsin, y Carolina del Norte, y es profesor asistente de inglés en la Universidad James Madison en Harrisonburg, Virginia, donde enseña literatura de no ficción creativa y del medio ambiente.

Otros libros publicados: The End of Night (El fin de la noche): Busca Oscuridad natural en una Era de Luz Artificial, publicado en Estados Unidos por Little, Brown, y en el Reino Unido y alrededor del mundo por cuarta Raíces / Harper Collins, y que ha sido traducido al chino alemán, español, japonés, y coreano.