A tres días del ataque con un explosivo doméstico en un restaurante hindú en una localidad cerca de Toronto, que hirió a 15 personas, los dos jóvenes sospechosos siguen prófugos y el motivo aún se desconoce, informaron autoridades canadienses.

Las autoridades, incluyendo al ministro de Seguridad Pública, Ralph Goodale, han descartado que se trate de un ataque terrorista, por lo que negaron que exista una amenaza a la seguridad de Canadá.

La noche del pasado jueves dos jóvenes de entre 20 y 30 años de edad entraron al restaurante Bombay Bhel, de la ciudad de Mississauga, a una hora al oeste de Toronto, y detonaron un explosivo casero antes de huir del lugar.

Las cámaras los muestran cubiertos de la cabeza y el rostro y cargando un artefacto. En el momento del ataque en el restaurante había unas 40 personas, incluidos niños, celebrando dos fiestas particulares.

Según testigos, los heridos tenían vidrios y clavos en el cuerpo y cara. De inmediato fueron llevados al hospital del que salieron al día siguiente.

Mientras las autoridades insisten en que no fue un ataque terrorista o de odio, algunos medios relacionan el suceso con la advertencia de oficiales de la India al propio primer ministro Justin Trudeau sobre el riesgo de la violencia motivada por el separatismo en la India.

Tan pronto se supo de este inusual ataque en Canadá, Amarinder Singh, ministro indio en el estado de Punjab, se refirió al lamentable hecho como “cobarde e imperdonable” y advirtió sobre la dimensión global del terrorismo.

En su pasado encuentro de febrero con Trudeau en la India, el líder indio le manifestó su preocupación acerca del radicalismo en Canadá y pidió la cooperación del gobierno canadiense para luchar contra el terrorismo.

El terrorismo es un problema global y ninguna nación está a salvo. La lucha contra el terrorismo es una responsabilidad colectiva que nadie puede ignorar o sólo bajo su propio riesgo.

Debemos trabajar juntos para acabar con esta amenaza", resaltó. Previo a su encuentro con Trudeau en Amritsar, India el 21 de febrero, el ministro indio había hecho duras críticas contra el ministro canadiense de Defensa, Harjit Sajjan (de origen indio), por sus supuestas conexiones con los separatistas “pro-Khalistan”.

Después del encuentro en la India, Amarinder Singh declaró que aprovechó su encuentro con Trudeau para alertarlo sobre los extremistas Sikh en Canadá, quienes habrían financiado ataques violentos en la India.