La administración de Donald Trump presentó una demanda ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra México, Canadá, China, la Unión Europea y Turquía por las represalias emitidas como respuesta tras la imposición de aranceles al acero y al aluminio.

“En lugar de trabajar con nosotros”, ha afirmado este lunes el representante estadounidense de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, “eligieron castigarnos”.  Washington considera ahora que los gravámenes sobre las importaciones estadounidenses de esos dos metales “están justificados” en aras de proteger la industria local y preservar su integridad económica. En este sentido, considera que la restricción impuesta se ajusta a los acuerdos internacionales suscritos por EU con sus socios.

La Administración que preside Donald Trump interpreta, sin embargo, que la respuesta de castigo adoptada por estos países carece de justificación y por ello considera que debe ser el árbitro del comercio mundial, con sede en Ginebra, el organismo que dirima esta nueva trifulca. Cada bloque es denunciado por separado por unas medidas que, según Washington, “parecen violar” los compromisos adoptados en el marco de la OMC. 

La lista de bienes estadounidenses sometidos a aranceles por la UE, México y Canadá está claramente dirigida a las industrias y regiones que son políticamente más sensibles para los republicanos en las próximas elecciones de medio mandato, en noviembre próximo: productos en muchos casos agrarios que son santo y seña de algunos de los Estados que, con su voto, llevaron al magnate a la presidencia en el otoño de 2016. “Eligieron responder con represalias diseñadas para castigar a los trabajadores estadounidenses”, insiste el embajador Lighthizer en una nota de prensa difundida este lunes.

“Las acciones tomadas por el presidente son totalmente legítimas”, reitera el responsable de la Oficina de Comercio Exterior. EU advierte de que adoptará todas las medidas necesarias para proteger sus intereses si sus socios comerciales no actúan de buena fe y de manera constructiva para resolver de una manera dialogada el exceso de capacidad que sufre el mercado global del acero y del aluminio.

Con información de El País.