El gran sarcófago negro de la era ptolemaica, encontrado en la provincia costera de Alejandría, podría corresponder a la tumba perdida de Alejandro Magno, rey de Macedonia que conquistó buena parte del mundo antiguo.

La tumba fue descubierta durante la instalación de sensores en un terreno particular en el barrio de Sidi Gaber, Alejandría, antes de que el dueño desistiera de construir cimientos, puesto que la ley egipcia estipula la realización de excavaciones arqueológicas antes de iniciar construcciones.

"El sarcófago de granito negro es uno de los más grandes encontrados en Alejandría por sus 265 centímetros de largo, 185 centímetros de alto y 165 centímetros de ancho", dijo Mostafa Waziri, director del Supremo Consejo de Antigüedades de Egipto.

Un deteriorado busto de alabastro con la figura de un hombre, posible dueño de la tumba, también fue encontrado.

Ayman Ashmawy, jefe de la división de antigüedades egipcias, confirmó que el sarcófago no había sido abierto desde que fue sellado, hace más de 2 mil años.  La momia destaca por su estado de conservación, al evidenciar solo un ligero deterioro en los huesos y el cráneo.

Algunos expertos han señalado que podría tratarse del sepulcro de Alejandro Magno, quien vivió entre los años 356 y 323 a.C., cuyos restos fueron robados poco tiempo después de ser enterrado. 

Distintos rastros históricos indican que su cuerpo habría sido vuelto a enterrar en Alejandría.

No obstante, Ashmawy fue más mesurado en sus estimaciones, apuntando que la momia podría pertenecer a un noble de la ciudad de Alejandría. "Esperamos que esta tumba pertenezca a uno de los grandes dignatarios de su período".

En las próximas semanas, un grupo de ingenieros visitará el área para para instalar el equipamiento necesario para poder trasladar al sarcófago. Mientras tanto, los expertos continuarán analizando los restos con la intención de descifrar la identidad de su misterioso ocupante.

Con información de Infobae y Xinhua.