Con piezas que nacen de la melancolía, que buscan provocar al espectador y exploran la cotidianidad, la rebeldía y el erotismo, la obra de la artista poblana Maggie Aguirre Rodríguez se presenta con la muestra Behind the Face (Detrás del Rostro), en la galería de El Venado y el Zanate, en el Cetro Histórico de la ciudad de Puebla.

Rostros incompletos que se empapan en llanto, bailarinas en puntas que esconden sus caras a los ojos extraños, escenas de erótica ternura y cráneos que se combinan con el renacer de las orugas a mariposas, son las ilustraciones que, con el pulso fino y el ojo femenino de Maggie, con apenas 20 años de edad, surgen del lápiz, el grafito, la acuarela y el estilógrafo.

Apenas de niña pudo levantar un lápiz, Maggie Aguirre encontró en los trazos su vía de expresión, la que ha convertido en una obra provocativa, rebelde, que busca generar incomodidad, despertar sensaciones y que reta a los tabús.

La muestra Behind the Face se inauguró el pasado 21 de julio y estará dos semanas en la galería-bar-café El Venado y el Zanate, en la 4 Oriente 403, en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla.

Una afortunada depresión

Maggie Aguirre Rodríguez (Puebla, Puebla, 1998), quien actualmente ha trascendido más de la mitad de la carrera de diseño gráfico en la Universidad Iberoamericana, Campus de a Ciudad de México, encontró un afortunado catalizador para sus ilustraciones en el rincón menos esperado: un cuadro severo de depresión por causas biológicas, que se transformó en el acicate para su obra.

De ahí que en algunas de sus piezas uno termine tropezando con su “ella misma”, como en las que las lágrimas son oscuras, negras, y que le recuerdan la imagen que, en algún momento, le devolvía el espejo.

“Muchas de las ilustraciones las hice porque tuve un cuadro de depresión muy fuerte y necesitaba sacarlo y expresarme de alguna manera…”

Con el encuentro muy temprano con la pintura, Maggie no puede describirse a sí misma sin la alusión a ésta y a la danza, que también practicó desde muy pequeña.

La evolución de la niña que pintaba con cualquier instrumento y sobre cualquier hoja que iba encontrando, a la mujer que este 21 de julio inauguró Behind the Face (Detrás del Rostro), en la galería de El Venado y el Zanate, “fue un proceso largo que comenzó desde la infancia, desde que pude sostener un lápiz”.

Las ilustraciones que retan los tabús y que buscan provocar al espectador tienen también un proceso que viene del ensimismamiento de la artista y que luego salta a la búsqueda de las otras miradas.

“Nacen viendo imágenes de referencia, una foto que me inspira a hacer un retrato o pasa algo que quiero expresar y así se van dando".